Laguardia responde al perfil de central clásico. Sobre todo, es un defensa. Crece desde la solidez, desde las medidas contundentes en área propia y desde el poderío en el cuerpo a cuerpo. Conoce sus puntos débiles y sus puntos fuertes, por eso, intenta arriesgar lo menos posible y limitar el error. Después, guarda valor añadido por madurez (30 años) y por capacidad de liderazgo. Laguardia es lo que parece. No es el prototipo de jugador moderno, pero hubiera sumado en positivo en el Valencia de Marcelino.

Durante el verano pasado fue una opción real, pero no hubo acuerdo con el Alavés, que estableció un valor a la altura de la relevancia del futbolista en el engranaje del proyecto. En Mendizorrotza priorizaron aspectos deportivos, se defendieron y el Valencia entendió que no podía llegar a esa cantidad (sobre nueve millones de euros) para complementar a Garay, Gabriel y Diakhaby. Así, optó por buscar alternativas más económicas y -así- terminó apostando por Eliaquim Mangala.

Seis meses después, Víctor Laguardia se mantiene como punto firme en la estructura de Asier Garitano, en la segunda vuelta lo ha jugado todo, sólo se ha perdido la segunda parte ante el Leganés, cuando fue sustituido al descanso con problemas de visión, por un golpe en la cabeza. Tras vivir una recta final de 2019 un tanto accidentada, el central de Zaragoza ha recuperado su nivel habitual. Ante el Athletic -por ejemplo- estuvo fuerte y también ante el Lega; mantuvo la guardia alta, pero... ha bajado su volumen estadísticos respecto a las tres últimas temporadas. Ximo Navarro y Rodrigo Ely le superan a los puntos. Son números. En el Alavés no admiten dudas, la temporada pasada renovó hasta 2022 y quieren que se retire como blanquiazul. Es un icono. Producto de ese compromiso y del respeto recíprocos, el futbolista se mantuvo al margen en la negociación Alavés-Valencia.

Ahora que Mangala está lesionado y no ha dejado las mejores sensaciones, ahora que Garay está roto,

el recuerdo de Laguardia vuelve al primer plano. Esta noche pasará examen ante Guedes y Gameiro.