Hace justo un año, 18 de marzo de 2019, el valencianismo celebraba los cien años de vida de su club en pleno vigor social y deportivo, con una marcha cívica en la que miles de aficionados, los descendientes de los fundadores y exfutbolistas míticos de la entidad, todos bajo una sola piel, atravesaron la ciudad desde Mestalla hasta el kilómetro cero en el que se encontraba el Bar Torino, donde todo empezó. Un acto festivo que coincidía con un momento de crecimiento deportivo del equipo entrenado por Marcelino, en su escalada a la cuarta plaza de Champions, y en la larga vigilia previa a la final de la Copa del Rey, conquistada de forma brillante frente al Barcelona el 25 de mayo. Es y será siempre la Copa del Centenario.

Doce meses después, aquella estampa ha cambiado radicalmente. Las calles del centro de la ciudad por las que transcurrió la multitudinaria marcha lucen hoy desérticas por la pandemia ocasionada por el coronavirus. La gente, la afición, recogida en sus hogares para cumplir con el Estado de Alarma dispuesto para frenar el contagio del virus. Y el equipo al compñleto en cuarentena debido a esta emergencia mundial que se ha ensañado especialmente con el Valencia CF, uno de los clubes europeos más afectados por el Covid-19. Un 35 % de la primera plantilla y cuerpo técnico se han visto contagiados. Los jugadores Ezequiel Garay, Eliaquim Mangala y José Luis Gayà son los nombres que han trascendido entre los infectados, pero hay más, tal como confirmaba el propio club este lunes a través de un comunicado.

Gran 2019, horrible 2020

El coronavirus ha sido la última gran contingencia sufrida por el club de Mestalla en este año uno que no pudo comenzar mejor, con aquel título de Copa en mayo, pero que poco a poco se fue torciendo. Un virus que agrava una crisis que comenzó a sentirse en el verano de 2019, que parecía remitir definitivamente cuando el 10 de diciembre el equipo lograba clasificarse para los octavos de final de la Champions gracias a una victoria de gran mérito en el estadio del Ajax, pero que se ha visto acelerada con la llegada de 2020 en el plano deportivo. Con la irregular trayectoria en la Liga, la eliminación de la Copa del Rey y también en la Liga de Campeones, en esa eliminatoria ante la Atalanta que, posiblemente, nunca debió jugarse. Una temporada en la que los excesivos goles en contra encajados por el equipo que entrena Albert Celades desde el 11 de septiembre, día de la salida de Marcelino García, y el también elevado número de lesionados han sido denominadores en común. El parón forzoso de la competición coincide en un momento clave en otros frentes, como la ampliación de contrato de Ferran Torres, anclada por ahora y cerca de llegar a su límite negociador, o la fecha clave del 31 de marzo para la compraventa final de los terrenos de Mestalla por parte de ADU.

El gran alivio societario llegaba hace solo unos días con la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea, que anula la sanción de 24 millones de euros que pesaba sobre el Valencia CF desde el año 2016 por supuestas ayudas de Estado para conseguir el crédito con que la Fundación adquirió la mayoría accionarial y completó la ampliación de capital, por parte de la Comisión de Competencia. Desde el momento en que se pueda reanudar LaLiga quedarán por delante once jornadas para al menos lograr el objetivo de regresar a la Liga de Campeones, que con la suspensión de las competiciones se encontraba a solo cuatro puntos.