Los jugadores cedidos y los que acaban contrato -dentro de 41 días- siguen perdidos en los vacíos de la nueva realidad del fútbol. Algunas competiciones han regulado la extensión de los contratos. En Portugal, por ejemplo, los valencianistas Racic y Centelles continuarán hasta que termine la Primeira Liga. Desde FIFA, la única directriz global es apelar al sentido común y la lógica entre las partes. César Sánchez y el Valencia CF tienen varios casos encima de la mesa, distintos, algunos ya resueltos.

La situación de Ezequiel Garay es evidente: lesionado y sin dorsal, el 30 de junio vence su compromiso como jugador del Valencia CF. En un sentido o en otro, algo habrá que determinar. Hugo Guillamón, con su proceso de renovación abierto, ya ha accedido a prolongar su estancia hasta que concluya la Liga. Con Alessandro Florenzi no debe haber problema para extender su cesión... aunque su fichaje definitivo sea complicado.

Los especialistas en mercado anuncian un verano marcado por operaciones llenas de dificultades

, con clubes intentando salvar sus balances, tratando de sacar lo máximo con lo mínimo, con sacrificios y piruetas. Carlo Laudisa, crack de La Gazzetta dello Sport en este sector, refuerza la tendencia e insiste en los célebres intercambios. En un contexto con más dudas que certezas todavía, Laudisa ha anunciado la posibilidad de que haya dos ventanas; la primera arrancará de inmediato para cerrar en julio. El telón volverá a levantarse el 3 de agosto y el mercado cerrará el 2 de octubre. El plan, tiene dimensión europea, pero debe encajar con el reinicio del fútbol. Todavía no hay anuncios formales, pero el guion está perfilado, pendiente de ser registrado por los diferentes campeonatos, desde la Serie A a LaLiga.

Salvar los balances y las cláusulas

En Italia, la Lega y el FIGC van a poner a disposición de los clubes una primera ventana -desde ahora hasta el 30 de junio- coincidiendo con la caducidad de las cesiones y el final de los contratos. Los fichajes con esta fecha se registran en el balance 2019/20, con un beneficio evidente para ajustar el cierre de cuentas, más todavía cuando el próximo ejercicio puede ser muy difícil en el apartado de Fair Play Financiero.

Existen casos tan complejos que no es fácil legislar a tiempo, por eso, FIFA ha apelado a la solidaridad y al entendimiento natural. Si bien, hay jugadores con cláusulas de salidas con caducidad, que tienen un precio hasta una fecha. Ese es el caso de Timo Werner (RB Leipzig), que puede salir hasta el 15 de junio por 50 millones.

Las negociaciones van avanzando, pero la continuidad deportiva es uno de los requisitos fundamentales en esta operación regreso. Cualquier fichaje que se cierre ahora no podrá ser inscrito y competir con su nuevo club hasta la próxima temporada. Se puede dar el caso de que haya un jugador firmado por otro club terminando la temporada con otro equipo o no.

El limbo de los jugadores libres

La situación más difícil esta en los jugadores que terminan contrato ya que para ellos no hay un reglamentación general. Ante la incerteza, Dries Mertens ha terminado renovando con el Napoli. Con la recta final de temporada pendiente, con la eliminatoria ante el Barça en agosto... no iba a dejar al equipo tirado antes y lo ha visto demasiado enrevesado. Pese a las propuestas y por su importancia en el ecosistema afición-equipo ha apostado por seguir. David Silva, agente libre en unas pocas semanas, también ha pactado continuar con el Manchester City hasta que la aventura 19/20 finalice, con la Liga de Campeones, a partir de agosto. Mientras, puede ir pensando donde va a jugar después.

Ezequiel Garay está 'pendiente de evolución'. No puede jugar por la lesión, se le dio de baja para poder inscribir otro futbolista y le quedan meses por delante de recuperación, pero 41 días como jugador del Valencia, salvo movimiento. Zlatan Ibrahimovic es otro de esos casos potentes: ¿para qué seguir en el Milan más allá del 30 de junio si la renovación es difícil antes y lo será también después? Nada de esto está reglamentado desde el punto de vista formal. Jugando, Ibrahimovic estaría arriesgando su destino en caso de lesión, por ejemplo.

El suspense también rodea a las opciones de compra -no obligatorias- de los jugadores cedidos. Las otras, se ejecutan. Todo está sujeto a acuerdos privados, pero los equipos van a tener que mojarse, pactar o decidir. Si no ejercen la opción, el jugador se quedaría sabiendo que no sigue... no es fácil mantener el foco. La situación de Florenzi es otra, aquí, la triangulación Valencia-Roma-jugador es más sencilla. En futbolistas fichados en enero, pero cedidos en su destino también hay que negociar. La Juve tiene a Dejan Kulusevski en el Parma, vía Atalanta; tras invertir más de 40 millones de euros, habrá que arreglar su continuidad o no, aunque en la Juve no pueda jugar.

La incertidumbre está. La FIFA ya confirmó que los acuerdos por préstamo se podrían estirar más allá del 30 de junio, pero no se ha establecido un criterio para fijar la obligación de los pagos al respecto. Por suerte, hay campeonatos como la Bundesliga que terminarán el 27 de junio. Las grandes ligas de España, Italia e Inglaterra van a tener que afrontar este tipo de situaciones.