Este primer paso del Valencia CF en la Copa continúa alimentando dudas en cuanto a sus verdaderas capacidades. Llegados al minuto 90, los pupilos de Javi Gracia estaban eliminados de la lucha por el título a manos del Terrassa FC, club de Tercera División. A poco menos de tres minutos para el pitido final, el todavía vigente campeón del torneo se tambaleaba a punto de caer sobre la dura lona del Estadi Olímpic. Carlos Soler se disponía a sacar un córner que iba a ser una de las últimas oportunidades, si no la última, de continuar con vida. La pelota, perfectamente colocada al centro del área, cayó a pies de Yunus Musah, que no se entretuvo ni un instante en enviarla al interior de las redes de Ortega. Empate a dos. Minuto 91. El Valencia respiraba en el mismo tiempo que se esfumó el sueño del conjunto catalán.

La muerte deportiva del Terrassa se consumó, poco antes, con la expulsión con roja directa de Emilio Lucas El lateral izquierdo había frenado al expreso de Yunus con una entrada excesivamente brusca. La prórroga fue el capítulo del partido en el que más y mejor se encontró el Valencia. Guedes selló la victoria con otros dos goles (2-4) sobrepasado el minuto 100. La crónica de los hechos destapa nuevamente las carencias con las que convive la plantilla blanquinegra. El equipo no mandó sobre el campo hasta que Carlos Soler tuvo que salir al césped sintético del Olímpic para poner orden entre el caos.

Si los teóricos titulares están sufriendo en la Liga, donde un objetivo coherente con la dimensión del club, la zona Champions, se ha vuelto ya casi una utopía; los menos habituales, reforzados con unos cuantos futbolistas del filial, aún sufrieron más contra un Tercera que puja por subir este año un escalón. La unidad 'A', para la que el entrenador había planificado un descanso con vistas al duelo del sábado en Can Barça, debió aparecer en el último cuarto para sacar al equipo de la misera. Yunus Musah, Carlos Soler y Gonçalo Guedes del único no habitual que sí aprovechó la ocasión: Álex Blanco.

La gravedad de los problemas en el medio campo blanquinegro sigue creciendo. Ni Esquerdo ni Koba, ni tampoco Racic, lograron imponer su ley. La mejora en su totalidad solo sobrevino con Carlos Soler. El '8' fue el único que supo explotar con clase los huecos que dejaba un Terrassa cada vez más desplomado en lo físico.

La presencia en campo rival comenzó a premiarse con el penalti excelentemente provocado por Manu Vallejo tras una combinación en corto con Soler. El valenciano transformó la pena máxima con la sangre fría que le está caracterizando desde los 11 metros. Una nueva acción desde la esquina trajo el fruto del 2-2. Otra acción a balón parado con la firma de Soler. Este tipo de jugadas, donde se ve la mano del entrenador además del acierto ejecutor de Carlos, salvó una vez más al Valencia.

La prórroga sirvió para certificar la victoria con las dos dianas de un Guedes activo y rematador, y con el desparpajo de Álex Blanco en la zona de tres cuartos. Pese a todo, el conjunto de Gracia demuestra otra vez que de orgullo va sobrado. No cae, un mérito a repartir entre una plantilla comprometido y el técnico.