Esta es la flor más grande del mundo y vive en Indonesia

La que es considerada como la flor más grande del mundo crece en las islas de Sumatra y Borneo, puede medir un metro de diámetro y pesar nada menos que diez kilos cada una. Se trata de la Rafflesia arnoldii.

La planta toma su nombre de Thomas Stamford Raffles, representante del Imperio británico en Extremo Oriente y fundador del puerto y ciudad de Singapur.

El nombre de la especie alude también al médico Joseph Arnold, quien en 1818 encontró esta flor en una de sus expediciones, si bien ya había sido descubierta anteriormente por los occidentales, concretamente por el francés Louis Auguste Deschamps, en 1797.

Se trata de una planta que solo crece en los bosques húmedos de Indonesia, principalmente en la isla de Sumatra y en Borneo, y en las selvas del Sudeste asiático.

La planta no realiza la fotosíntesis por carecer de hojas, brotes y raíces (sólo es visible su flor). Es una planta que vive como parásita de los árboles y crece sobre sus raíces, de donde obtiene los nutrientes necesarios. Sus órganos vegetativos se reducen a una red de fibras celulares que se encuentran mayoritariamente entre los tejidos de la planta hospedadora o formando un sistema rizomatoso.

Por ello solo es posible identificarla como una planta cuando ha desarrollado la flor, que adquiere proporciones totalmente inusuales. Tiene color marrón rojizo y desprende un fuerte y desagradable olor a carne podrida, por lo que a menudo se la conoce como ‘flor cadáver’.

Las flores son además capaces de emitir calor. Se cree que ambos mecanismos les sirven para mimetizar el calor y el olor de un animal muerto y atraer la atención de las moscas carroñeras, que son los insectos que la polinizan. Son flores unisexuales, por lo que los insectos que las visiten deben darse mucha prisa en la visita a la flor masculina y la femenina, para que la polinización sea exitosa, dado el poco número de días que permanecen abiertas.

Las flores emergen de una especie de capullos parecidos a repollos granates o marrón oscuro, que suelen tener una anchura de unos 30 centímetros. Tardan aproximadamente uno o dos años en desarrollarse y luego solo duran unos cinco o seis días.

El polen de la Rafflesia consiste en un líquido espeso y pegajoso que se adhiere al lomo de los insectos, y puede ser transportado varios kilómetros antes de polinizar otra flor.

En la actualidad no está incluida en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservació de la Naturaleza, pero está en peligro debido a la deforestación y principalmente al turismo, que llega atraído en masa para fotografiarse junto a este curioso organismo.

Además, sus peculiares características fisiológicas dificultan las medidas de conservación, por lo que ningún jardín botánico ha conseguido cultivar una Rafflesia fuera de su entorno natural.

Esta flor es uno de los símbolos de Indonesia, y aparece en todo tipo de publicaciones promocionales del país y en numerosas emisiones de sellos. Se suele utilizar en la medicina tradicional como ayuda para el embarazo, aunque no hay pruebas científicas de su eficacia.