Biodiversidad

Las golondrinas vuelan ya por toda España tras recorrer 5.000 kilómetros

Pasan el invierno en África y regresan a la Península entre enero y abril, atravesando el Sáhara y el Mediterráneo

Una golondrina alimenta a sus polluelos, ya fuera del nido.

Una golondrina alimenta a sus polluelos, ya fuera del nido. / pixabay

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Pesan apenas 20 gramos y su apariencia es sumamente delicada. Pero regresan cada año a la península Ibérica después de recorrer más de 5.000 kilómetros, desde el golfo de Guinea, en África, donde pasan el invierno. Han sobrevolado sin apenas descanso el desierto del Sáhara y el mar Mediterráneo y han resistido tormentas de agua y de arena. Una sola pareja que esté alimentando a sus crías puede eliminar hasta 1.700 moscas y mosquitos por día. No hay insecticida más eficaz y ecológico. Son las golondrinas, que vuelven a Europa para reproducirse, anunciando la primavera.

La golondrina común (Hirundo rustica) una de las aves más conocidas y de las mejor estudiadas. La especie ha sido clave para desentrañar aspectos de la migración, de la selección sexual y de la reproducción en las aves. Por su proximidad al hombre a lo largo de la historia, forman parte de la cultura popular, y su llegada, cada vez más temprana como consecuencia del cambio climático, se considera anuncio del buen tiempo.

A pesar de su abundancia, es una especie en declive, sobre todo por culpa de los cambios en el medio rural y de las políticas y técnicas agrarias, tal y como recoge la ‘Guía de las aves’ de SEO/BirdLife, organización que en 2014 la designo ‘Ave del Año’.

Aunque no es una especie amenazada, afronta serios problemas desde hace unos decenios, como “el uso indiscriminado de plaguicidas, que reducen la cantidad de insectos, de los que se alimenta; la eliminación deliberada de nidos con la excusa de que ensucian; la dificultad para nidificar en nuevas construcciones rurales; y el abandono del espacio rural, con la consiguiente ruina de muchas edificaciones”, señala SEO/BirdLife.

Especie “de interés especial”

En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas la golondrina común figura como ‘De interés especial’. Es el miembro más extendido de su familia, pues cría en gran parte de Norteamérica y Eurasia, salvo en zonas árticas y desiertos. En invierno ocupa Sudamérica, África, el sur de Asia y el norte de Australia. Se reconocen ocho subespecies, aunque se ha sugerido que algunas de ellas podrían ser especies diferentes, en especial las formas americanas.

Golondrinas posadas en unos cables.

Golondrinas posadas en unos cables. / pixabay

Tal y como recoge la ‘Guía de aves’ de SEO/BirdLife, la subespecie rustica es la única presente en España, aunque en ocasiones se observan aves de vientre rojizo que podrían pertenecer a subespecies de Oriente Medio (transitiva, savignii) o simplemente tratarse de variantes locales.

Se encuentra ampliamente distribuida en época de cría y en paso por toda la Península, Baleares, Ceuta y Melilla. Inverna en muy pequeño número en el sur, principalmente en el bajo Guadalquivir. En Canarias, donde es común en paso, recientemente se ha localizado criando en Gran Canaria.

Las golondrinas españolas invernan en el golfo de Guinea y regresan de forma paulatina al área de cría, con un desfase de hasta tres meses entre el norte y el sur. En Andalucía y Extremadura normalmente empiezan a verse en enero, con llegada masiva desde febrero; en el centro y el este de la Península suelen hacerlo un mes después, y en la Meseta norte y la cornisa cantábrica no se vuelven comunes hasta abril. Por estas fechas ya está presente en toda la España peninsular.

Suelen abandonar las zonas de cría desde julio, en el sur, hasta principios de septiembre, mientras que los ejemplares en paso suelen moverse, siguiendo la costa mediterránea, en septiembre y octubre. A partir de junio se reúnen en dormideros, formados al principio sobre todo por juveniles.

Un millón de parejas en España

Aunque la población española no se ha cuantificado con exactitud, podría haber más de un millón de parejas. De hecho, se conocen dormideros con más de 100.000 aves. En Europa existen entre 16 y 36 millones de parejas. Pero entre 1980 y 2003 la especie sufrió un grave declive, con una pérdida de población estimada en un 27% en el continente.

Polluelos de golondrina en un nido.

Polluelos de golondrina en un nido. / pixabay

Esta pequeña ave, muy social y monógama, nidifica preferentemente en construcciones campestres y urbanas, como establos, porches, patios y terrazas, aunque en el sur de la Península algunas golondrinas viven en valles rocosos desiertos. Las presas más consumidas son moscas y mosquitos. También caza hormigas voladoras, avispas, chinches y pequeños escarabajos.

La época de cría es de mayo hasta agosto, período en el que tienen lugar dos incubaciones, cada una de las cuales dura de 14 a 16 días. Ponen de 3 a 6 huevos. Son capaces de comer, beber y alimentar a sus polluelos sin parar de volar. Las crías permanecen en el nido de 20 a 22 días. Cría hasta los 1.600 metros de altitud. Sólo incuba la hembra.

Pasada la época de cría se reúnen las golondrinas, jóvenes y adultos, a menudo por millares, para dormir en lugares apropiados, generalmente carrizales, a los que también acuden otras especies afines, antes de emprender su vuelo migratorio. Los principales depredadores de la golondrina son la gaviota, el búho, el halcón y el gato doméstico.

La sanción prevista por derribar nidos de cualquier especie de golondrina puede alcanzar los 200.000 euros. Tanto la legislación española como la europea condenan como ‘infracción grave’ causar cualquier tipo de daño a estas aves y a sus nidos, tanto si están ocupados como si no.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es