Accidente

Científicos valencianos confirman la gigantesca emisión de metano desde Kazajistán por una explosión

Según algunas estimaciones, ha sido la segunda mayor catástrofe de este tipo causada por el ser humano

Tuvo lugar en verano, pero el incendio ha continuado activo hasta hace un par de meses 

Confirman desde Valencia la gigantesca emisión de metano por una explosión

Confirman desde Valencia la gigantesca emisión de metano por una explosión / Mangistau Ecology Department

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

El pasado verano tuvo lugar una gigantesca fuga de metano desde una planta de Kazajistán, que fue una de las mayores emisiones accidentales jamás registradas y que lanzó a la atmósfera nada menos que 127.000 toneladas de este peligroso gas de efecto invernadero. El metano tiene un poder de calentamiento mucho más elevado que el CO2, si bien su vida útil en la atmósfera es de solo unas décadas, frente a la mayor duración del dióxido de carbono.

Desde que se produjo la fuga, numerosas entidades científicas públicas y privadas del planeta han estado investigando el alcance de la emisión, puesto que la empresa propietaria de las instalaciones ha venido minimizando sus efectos. La Universidad Politécnica de Valencia ha sido uno de los centros desde los que se han estudiado el impacto de esta fuga.

Según la Agencia de Protección Ambiental de EE UU, la emisión provocada fue comparable a la que provocan más de 717.000 coches de gasolina durante un año. "La magnitud y la duración de la fuga son francamente inusuales", afirmó Manfredi Caltagirone, jefe del Observatorio Internacional de Emisiones de Metano de la ONU. "Es extremadamente grande", añadió en declaraciones recogidas por BBC.

Imagen por satélite del penacho de metano

Imagen por satélite del penacho de metano / Kayrros/Planet Labs

Incendio activo hasta hace dos meses

La fuga comenzó el 9 de junio de 2023, cuando se informó de una tremenda explosión durante la perforación de un pozo de exploración en la región de Mangistau, en el suroeste de Kazajistán, lo que provocó un incendio que siguió activo hasta finales de año. En realidad, no pudo controlarse hasta finales de diciembre pasado.

Esta fuga de metano fue investigada inicialmente por la empresa geoanalítica francesa Kayrros. Los resultados fueron posteriormente confirmados por el Instituto Holandés de Investigaciones Espaciales y la Universidad Politécnica de Valencia.

Al observar los datos tomados por satélite, los científicos detectaron altas concentraciones de metano en 115 ocasiones distintas entre junio y diciembre. Fue a través de esas lecturas como concluyeron que de este único pozo se lanzaron al aire 127.000 toneladas de metano.

Esta cifra podría convertir dicho accidente en la segunda peor fuga de metano provocada por el hombre jamás registrada.

Fugas de metano detectadas

Fugas de metano detectadas / Universitat Politècnica de València

De hecho, Luis Guanter, de la Universidad Politécnica de Valencia, que ayudó a verificar la fuga, dice que "sólo el sabotaje del Nord Stream puede haber provocado una fuga más fuerte", según la misma fuente. En septiembre de 2022, explosiones submarinas destruyeron dos gasoductos submarinos en el marco de la guerra de Ucrania y lanzaron a la atmósfera 230.000 toneladas de metano.

Según la Agencia Internacional de Energía, el metano es responsable de aproximadamente el 30% del aumento de las temperaturas globales desde la Revolución Industrial.

Mediciones inequívocas

"Detectamos columnas de metano provenientes de cinco instrumentos satelitales diferentes sensibles al metano", dijo el señor Guanter. "Cada uno de estos instrumentos mide el metano de una manera particular, pero obtuvimos mediciones muy consistentes de todos ellos", explicó a la BBC.

En un comunicado, el Departamento de Ecología de la región kazaja de Mangistau confirmó que la concentración de metano en el aire superó los límites legales en diez ocasiones distintas entre el 9 de junio y el 21 de septiembre. Asimismo, la nota añade que en las horas siguientes, los niveles de metano en el aire superaban en 50 veces los niveles permitidos.

La empresa Buzachi Neft, propietaria del pozo, minimizó en todo momento las dimensiones del accidente y atribuyó las mediciones recogidas a datos erróneos de los satélites.

Sin embargo, los diferentes investigadores internacionales que han participado en la monitorización del suceso, entre ellos la Universidad Politécnica de Valencia, han confirmado la validez de las observaciones y descartan cualquier error, como sugiere la empresa propietaria.

Estudio de referencia: https://eartharxiv.org/repository/view/6709/

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