El brasileño del Levante, Deyverson Brum, ha mostrado su lado más humano a la revista oficial del club granota, en la que dice que espera que la afición comprenda su forma de jugar, "que no es teatro", aunque entiende que pueda parecerlo y apuntó que lucha cada pelota como si fuera "oro y la última", ya que su objetivo es "dar la vida" en cada partido al haber tenido que dejar a su familia en Brasil.
"Mi característica más importante es el remate de cabeza aprovechando que soy alto", explica el delantero. "También presiono y peleo por el equipo hasta el último minuto, hasta que el árbitro pita. Soy inquieto y dentro del campo tengo que dar la vida, que es lo que me sostiene financieramente. Por eso peleo cada día en ganar los partidos, sólo pienso en ganar, ya que he dejado a mi familia por este objetivo".
Deyverson, que llegó este verano a Valencia a cambio de 1,8 millones de euros al Os Belenenses, explica su peculiar forma de actuar sobre el terreno de juego en la que permanentemente discute con los rivales y dialoga con el colegiado. "Me divierto mucho en el campo y a veces hasta exagero por mi forma de ser. Las personas piensan que es teatro pero no lo es y quiero que la gente lo comprenda".
El delantero del Levante reconoce que sigue "traumatizado" por el gol que le fue anulado en el primer partido de Liga ante el Celta en el Ciudad de Valencia. "Los goles que estoy marcando hacen que me esté fijando en el linier porque estoy traumatizado por el gol anulado ante el Celta. Yo no toqué a nadie, de hecho, me dieron un codazo en la boca", manifiesta.
Además, Deyverson explica que dibuja un corazón con sus manos después de cada gol que marca para dedicárselo a su mujer y mostró su deseo de poder repetir esta celebración en el partido de la próxima jornada ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. "Siempre que meta un gol será para mi mujer, es una luchadora y siempre me ha ayudado. El grupo está de enhorabuena y espero que el próximo gol pueda ser ante el Real Madrid.
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