Deyverson tiene «taras», como en su día calificase Rubi sus excentricidades dentro del campo, pero sobre todo virtudes. Las principales son su certero remate y su capacidad de salto, y juntas le convierten en uno de los mejores y más letales cabeceadores de la Liga. Lleva ya cuatro goles de cabeza, el último ante la Real, que perfectamente serían cinco de no por ser por aquel equivocamente anulado por De Burgos, en el debut ante el Celta. Solo Bale, Aduriz y Cristiano, tres de las estrellas del campeonato, superan esos guarismos.

En Anoeta, ante un rival históricamente dotado para las batallas por alto, el brasileño fue amo y señor de los duelos aéreos. Ganó los dos que tuvo en tareas defensivas, y siete de los nueve en ataque. De uno de estos últimos nació el definitivo empate a uno. Una auténtica demostración de cualidades cabeceadoras, ya que imprimió la fuerza necesaria a un balón despejado por la zaga para colocarlo desde casi 15 metros lejos del alcance de Gero Rulli. Fue su único remate entre ambos y acabó en gol, del mismo modo que lo había hecho el miércoles pasado ante el Madrid. Entonces, el tanto había sido con la zurda, su otra arma anotadora, después de haber ganado un envío en largo de Medjani en el salto con Pepe, con la posterior asistencia de Rossi.

Solo dos compañeros, Camarasa y Simao Mate, han acompañado a Deyverson en una oportunidad esta temporada en esa faceta realizadora. Ni siquiera Casadesús, reconocido especialista en el juego aéreo, ha sido capaz de engrosar la estadística. El brasileño, que ha permitido sumar al Levante en seis de los ocho partidos en los que ha visto puerta, ya dejó su sello como cabeceador en su primer tanto en el fútbol español: en la quinta jornada, frente al Eibar. Sporting y Celta probaron igualmente su medicina.

Con sus dianas, que le convierten en el máximo anotador granota, así como uno de los mejores debutantes, Deyverson contrarresta su liderazgo en otra estadísticas meno positiva: tarjetas recibidas. Una rémora que ha minimizado en las últimas jornadas, tras varios tirones de oreja de Rubi e incluso sus compañeros. A nivel anotador, por cierto, esta ya es la segunda más productiva de sus cuatro campañas como profesional; en la 14/15 hizo 11 goles entre todas las competiciones, contando el primer semestre en Belenenses (9) y el segundo a préstamo en Colonia (2).