Pablo Hernández le ha dicho «no» al Rubin Kazan. El club ruso se puso la semana pasada en contacto con los agentes del castellonenses para trasladarles una oferta que no ha convencido al futbolista y que tampoco se acercaba a las pretensiones económicas que exige el Valencia para su traspaso. El antiguo equipo del ´Chori´ Domínguez sondeó la posibilidad de hacerse con los servicios del interior derecho de cara a la próxima temporada. Sin embargo, con 14 millones de euros no es suficiente. Con 14 ´kilos´ no basta.

Esa es la cantidad económica que estaba dispuesto a desembolsar el Rubin Kazan para fichar a Pablo en este mercado de verano. Los rusos están buscando un futbolista con un perfil similar al del valencianista. Un jugador con proyección, que se desenvuelva en la banda derecha, pero que sea polivalente y pueda caer a las dos bandas. Pablo encajaba en ese perfil a la perfección. Es por ese motivo por el que el club que preside Alexandr Petrovich Gusev se decidió por el ´19´ del Valencia. Los rusos se pusieron en contacto, de manera informar y vía telefónica, con los agentes del jugador para trasladarles su interés por el futbolista. Eso sí, los rusos dejaron claro que el tope económico que se han fijado para intentar su fichaje es de 14 millones de euros. Una cifra sensiblemente inferior a la que le ha tasado el presidente del Valencia, Manuel Llorente. El máximo mandatario blanquinegro ha fijado un precio de salida para Pablo mayor a los 14 millones de euros de los rusos y no está dispuesto a malvender a uno de los activos importantes que aún le quedan al club después de la venta de Villa al Barça.

La agencia de representación de Pablo le hizo llegar al Rubin Kazan las pretensiones económicas del Valencia y es por esa razón por la que los rusos ni siquiera le hicieron llegar al club la oferta formal de 14 millones de euros. Ni la entidad de Mestalla está dispuesta a traspasar a Pablo por ese precio, ni el propio jugador estaba dispuesto a hacer las maletas este verano para marcharse al fútbol ruso. El Rubin estaba dispuesto a ponerle a Pablo encima de la mesa un suculento contrato con unos emolumentos mayores a los que está cobrando actualmente en la capital del Turia. Sin embargo, eso no ha sido suficiente para que el castellonense haga fuerza. Ni le compensa la mejora económica que podía conseguir marchándose al Kazan, no le seduce la opción de cambiar de aires para dejar el Valencia y la Liga Española por el fútbol ruso. El jugador está muy contento en Valencia, su progresión le ha llevado durante el último año hasta la titularidad en el carril derecho y hasta la selección española absoluta y ahora lo que desea es consolidarse. Si tiene que marchase nunca será por 14 millones.