Éver Banega volvió a conducir tres meses después de fracturarse tibia y peroné. El jugador se ´autoatropelló´ mientras repostaba en una gasolinera. El accidente fue de auténtica mala suerte, quizás por eso no se ha vuelto a ver el coche del suceso por Paterna.

Durante este tiempo, el jugador se ha desplazado con algún compañero de equipo o en taxi, aunque ha sido su pareja quien de forma más habitual le ha llevado y le ha traído a la Ciudad Deportiva. Éver volvió a ponerse al volante, pero con coche nuevo, uno de los cuatro por cuatro de moda.