Cuando eres el Valencia CF y llevas once puntos de 33 posibles no se puede hablar de mala suerte. Mala suerte es que falles muchas ocasiones en la primera parte, no lo es tanto que regales el 0-1, pero no es mala suerte en absoluto el despropósito tramo final del equipo. Marcelino, o tomas medidas, o te irás a la calle por mucho que el director general del Valencia CF se llame Mateu Alemany y diga que un proyecto no se puede tirar por la borda en dos meses. Más que nada, porque si esto sigue así, te echarán diciendo que eres tú quien está tirando el proyecto por la borda. Marcelino, no subestimes el poder de Mestalla, porque ya te ha cogido la matrícula. El equipo lo has hecho tú, y está donde está, a partir de ahí, decir que falta suerte es tomarle el pelo al personal.

Mestalla es mucho Mestalla para lo bueno y para lo malo, así que ni nombres a la suerte, ni la tientes. Insisto en que es increíble que la primera parte termine empate a cero y es tremendo que el Girona se ponga por delante la primera vez que tira a gol y encima tras un error de Kondogbia, pero después quedan 40 minutos en los que el entrenador decide lo que decide. Como por ejemplo, quitar a Soler para seguir con Coquelin y Kondogbia de doble pivote a pesar de que todos sabíamos que el rival no haría otra cosa que encerrarse. Y decide también poner a doscientos delanteros con lo le facilitó el trabajo defensivo al Girona. Y eso de que el equipo tiene buena actitud no me vale, si acaso es peor, porque quieren pero no saben cómo. Que el entrenador siga diciendo que todos los males del Valencia CF como equipo tienen que ver con la mala suerte es la prueba de que la solución no está tan cerca ya que quien debe remediar el problema no lo reconoce. Pondré un ejemplo. Marcelino quita a Gameiro en el descanso del partido ante el Ebro, hay bronca porque el delantero se siente señalado, repito, bronca entre el entrenador y el delantero, pero llega el siguiente partido y Gameiro está convocado y hasta lo pone para tratar de salvar la debacle.

Conclusión, Gameiro está como la chata, lo cambias, te lo echa en cara pero al siguiente partido juega... Eso sí, en cuanto termina, Gameiro y Batshuayi son los primeros en abandonar el césped de Mestalla, el resto se queda a aguantar el chaparrón. ¿Eso es mala suerte Marcelino? O pones a los que quieren sacar al equipo adelante, a los que dan la cara o tienen hambre de gloria aunque sea quitando a uno que fichaste tú, o te quemarás. Y si te la tienes que jugar con Kangin por delante de Gameiro, ¿qué problema hay?

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