El accidente de Webber en el circuito urbano de Valencia y el polémico adelantamiento de Hamilton al coche de seguridad han sido las imágenes del Gran Premio de Europa que han dado la vuelta al mundo, pero hay una imagen que no se pudo ver por La Sexta y sí por Canal 9 —al coincidir con la publicidad de la primera— que no olvidarán tampoco las más de 80.000 personas que pudieron seguir la carrera en el circuito y presenciaron a través de las pantallas gigantes el peligroso ´sprint´ de un comisario de puesto para recoger una botella de cerveza arrojada a la pista y que pudo costar otro grave accidente de haberla tocado un monoplaza. Su protagonista, Luis Buades, valenciano y con 34 años, explica en SUPER cómo vivió uno de los momentos más peligrosos de su vida.

Hamilton da el aviso de la botella en la pista

Aunque por un lado ha recibido críticas de no respetar el coche de seguridad al adelantarle tras el accidente de Webber, Hamilton fue el primero en dar la voz de alarma por la presencia de una botella de cerveza en la pista. A partir de ahí y del aviso del propio Luis Buades a la torre de control, se pusieron en marcha los mecanismos de seguridad en estos casos para tratar de quitar el objeto de la pista lo antes posible.

Salta tras el Mercedes de cámara roja

La carrera no se detuvo ni se llegaron a sacar banderas amarillas quizá al no estar la botella en la trazada normal de los pilotos, de ahí que Buades tuviera que esperar dos vueltas para poder entrar a la pista a quitar la botella con el menor peligro posible. La torre de control calculó el hueco más grande entre dos monoplazas para darle la orden de entrada con al menos un margen de 30 segundos, justo después del Mercedes de cámara roja —cada monoplaza de los equipos lleva la cámara subjetiva de un color».

Voluntario al estar en contacto con la torre

Como comisario jefe de puesto, suya era la decisión de quién debía saltar a la pista a por la botella. Al tener él la posibilidad de comunicarse con la torre y ante el peligro excesivo de la maniobra, no dudó en asumir la responsabilidad. Asegura que «no me dio tiempo ni a pestañear, fui al 200% y nunca he corrido tanto en mi vida, aunque confiaba en que si desde la torre me habían dado la indicación, es que tendría tiempo para ir y volver». La botella apareció en la vuelta 27 y estuvo durante dos giros en la pista.

Una botella de plástico que no entró rodando

Aunque en un primer momento, la organización pensó que la botella había entrado rodando, Buades asegura que «es imposible porque en ese punto del circuito, no había hueco para una botella de litro y medio. Debieron lanzarla, pero no sabemos quién pudo ser y no vimos el momento exacto en el que entró en la pista».

Un carrera de 140 metros en 28 segundos

«Había unos 70 metros hasta la botella y tuve que ir y volver. Al regresar a mi puesto, seguí en lo mío aunque me tuve que sentar un poco, estaba asfixiado, me bebí una botella de agua del tirón, se me había secado la garganta. Me dijeron que tenía sólo 30 segundos».

Un primo lo reconoció al verlo por televisión

«El único que me reconoció fue mi primo, aunque luego me hicieron muchos comentarios porque la gente lo vio por las pantallas del circuito»