A Charles Leclerc no se la da demasiado bien correr en casa. Y es que a falta de dos semanas para disputar el Gran Premio de Mónaco, el piloto monegasco se puso al volante del Ferrari 312B3 que en 1974 pilotaba el mítico Niki Lauda.

En el evento, que se celebra varias semanas antes de la cita oficial, varios de los monoplazas históricos de la Fórmula 1 hacen las delicias de los aficionados allí presentes.

Charles Leclerc, piloto local y actual líder del Mundial, se puso al volante con el Ferrari 312B3 de 1974 de Niki Lauda que acabó deparándole un susto importante.

El primer objetivo era no dañar el monoplaza, algo que no pudo cumplir el piloto monegasco al perder el control en la zona final del trazado y chocar contra las protecciones. Afortunadamente, Leclerc no iba a una velocidad demasiado grande aunque suficiente para dañar el coche, algo por lo que el monegasco acabó pidiendo perdón al equipo.

"Perdí los frenos. ¡Perdí los frenos! Frené, el pedal estaba duro y se fue al suelo. Tuve suerte de que me pasase en ese momento, porque si eso me hubiese pasado en otra curva, no habría sido nada bueno", comentaba Leclerc tras el percance.

"Lo sé. No te preocupes por eso", le respondía A lo que Jacky Ickx.

"No, la preocupación... El problema es que me asusté. Llegué bien a la curva", concluyó un contrariado Charles Leclerc.