El motivo por el que se decide qué equipo va de azul y cuál de amarillo en el Grand Prix

Desde la segunda edición del programa son estos míticos colores los que lucen los pueblos que se pasan por el plató de TVE

Un árbitro recoge a un jugador de 'baloncesto en pañales'

Un árbitro recoge a un jugador de 'baloncesto en pañales' / RTVE

En la década de los 90, la televisión española fue testigo de uno de los programas más emblemáticos y queridos por el público: El Grand Prix. Conducido por el carismático Ramón García, este concurso de entretenimiento se convirtió en un fenómeno de masas que marcó a toda una generación.

El Grand Prix combinaba juegos, pruebas físicas y una buena dosis de humor. Su formato, inspirado en el antiguo Festival de los Pueblos, enfrentaba a equipos de diferentes pueblos españoles en una competencia por obtener el tan ansiado título de "Campeones del Grand Prix". Todos los que lo echaban de menos están de enhorabuena: este verano ha regresado a las pantallas con un formato renovado aunque sin vaquillas.

Pruebas de lo más divertido

Los troncos locos son una de las pruebas míticas del Grand Prix que han vuelto años después

Los troncos locos son una de las pruebas míticas del Grand Prix que han vuelto años después / RTVE

Los equipos participantes, formados por vecinos de cada localidad, se enfrentan en una serie de desafíos que ponen a prueba su destreza física, coordinación y habilidades mentales. Desde carreras de sacos hasta pruebas de memoria, pasando por juegos de agua y circuitos de obstáculos, el Grand Prix ofrece una gran variedad de retos que mantienen al público pegado a la pantalla.

Además de la competencia entre los equipos, el Grand Prix también se caracteriza por fomentar el compañerismo y el espíritu deportivo. Los participantes comparten risas, esfuerzo y emoción, creando un ambiente que trasciende la propia competición. El programa se ha convertido en una plataforma para mostrar el talento y la pasión de los habitantes de diferentes localidades, que se unen en un objetivo común: ganar el Grand Prix.

¿Cómo se establece el color de cada equipo?

La primera semifinal del Grand Prix entre Tineo y Aguilar de Campoo debía disputarse este lunes con Elena Furiase y José Mota como padrinos

La primera semifinal del Grand Prix entre Tineo y Aguilar de Campoo tuvo a Elena Furiase y José Mota como padrinos / RTVE

Cada noche de Grand Prix se baten por la victoria un equipo vestido de azul y otro de amarillo. Es así desde el segundo año, ya que el primero jugaban cuatro pueblos añadiendo los equipos rojo y verde. Sin embargo al cambiar el formato se mantuvieron dos colores muy veraniegos que simbolizan la arena y el agua de la playa. No obstante no todas las regiones de España son costeras y por ahí van los tiros de la asignación de los colores.

Aunque no se ha confirmado de forma oficial, sí se ha dejado caer el porqué. En otras ediciones no fue así pero este año el equipo que viste de azul siempre es el pueblo más cercano a la costa. Alfacar (Granada), Brión (A Coruña), Cervelló (Barcelona) y Los Montesinos (Alicante) fueron los que lucieron el color del mar en la primera ronda, mientras que el amarillo quedó reservado a localidades que son más interiores: Colmenarejo (Madrid), Yepes (Toledo), Aguilar de Campoo (Palencia) y Tineo (Asturias).

En la primera semifinal entre Tineo y Aguilar de Campoo se enfrentaban dos pueblos que vistieron de amarillo en su primer programa y fueron los asturianos quienes se pasaron al azul al estar a menos distancia del Cantábrico que sus rivales. Veremos qué ocurre en la segunda semifinal entre Alfacar y Yepes y si tiene que haber algún otro cambio de color para la final.