Los trucos más importantes para que no te timen al comprar marisco en Navidad

Estos alimentos estarán presentes en muchas casas este fin de año y debes andarte con cuidado: muchos comercios dan gato por liebre

Llega la Navidad y este año va a ser más especial que nunca. Las últimas ediciones de esta fiesta estuvieron marcadas por la pandemia y esta vez sí podremos compartir estas fechas tan señaladas con nuestros seres queridos. Y queremos celebrar la ocasión con las mejores comidas, evidentemente.

En muchas mesas no faltará el marisco. Alimentos tan deliciosos como caros y más este año con la subida de los precios. Y en ocasiones pueden engañarnos y vendernos productos de baja calidad por un ojo de la cara. Por eso es imprescindible tener unas nociones básicas para saber cómo comprarlo y llevarte el mejor. Gemma del Caño nos da algunos consejos.

No pretendas comprar marisco barato: probablemente será malo

El marisco más barato casi siempre es de dudosa calidad

El marisco más barato casi siempre es de dudosa calidad / Pixabay

Lo fácil para conseguir clics sería que te explicáramos cómo adquirir buen marisco pagado poco, pero sería un engaño. Si quieres calidad hay que pasar por caja, pues si algo es barato suele ser por algo. Si tienes alguna pescadería de confianza a la que hayas ido más veces ese es tu sitio.

Una vez dentro de la tienda lo más básico es que no haya charcos en el hielo en el que está expuesto el alimento, ya que esto es síntoma de una bajada de la temperatura a la que se está conservando. Si huele a algo que no sea a mar huye. Y también tienes que fijarte en la etiqueta para comprobar la fecha y procedencia del producto.

Si está fresco está vivo y presenta un aspecto adecuado

Los crustáceos como la langosta deben comprarse y cocerse vivos para mantener la frescura

Los crustáceos como la langosta deben comprarse y cocerse vivos para mantener la frescura / Pixabay

Si tienes poca experiencia comprando marisco en esto podrá ayudarte alguien que ya lo haya hecho en otras ocasiones, pues es lioso al principio pero muy básico. Esta es la apariencia que debe tener el marisco según sus clases:

  • Bivalvos: Los mejillones, berberechos, almejas o tellinas tienen que tener la concha cerrada. Si están abiertos no sirven para comer y si no se abren durante la cocción tampoco.
  • Cefalópodos: No compres un calamar, pulpo o sepia que no brille y tenga un color blanco o rosado.
  • Crustáceos de cáscara rígida: Los cangrejos o langostas tienen que estar vivos. Si no se mueven dales un pequeño golpe en el caparazón para salir de dudas. Si no reaccionan no son marisco fresco.
  • Gambas y similares: Si son frescos tienen que estar moviéndose en la pescadería. Si compras langostinos congelados, que sean brillantes y no tengan separadas las cabezas ni las patas.
  • Percebes: Deben estar bien estirados. No los compres si están arrugados.

Mucho ojo con el porcentaje de glaseo en el marisco envasado

El marisco fresco está más rico pero solo te servirá si lo vas a comer pocas horas después de comprarlo

El marisco fresco está más rico pero solo te servirá si lo vas a comer pocas horas después de comprarlo / Pixabay

Probablemente no conozcas esta palabra, pero no hay 'pack' que no la contenga. El glaseo no es un alimento sino una pequeña capa de hielo que se aplica al marisco envasado para que se conserve mejor. No deja de ser agua y no hace menos sano el producto, y de hecho se pesa antes de incluirla, pero cuando lleva mucho hace parecer más grande y brillante al alimento de lo que es. El margen habitual es entre un 5 y un 10 por ciento, así que si supera esta horquilla ten claro el truco para no llevarte sorpresas.

Una vez en casa, por cierto, no debemos meterlo todo en la nevera varios días y olvidarnos. Si compras marisco fresco más de 24 horas para comerlo lo mejor que puedes hacer es cocerlo y guardarlo después. Por eso lo recomendable es recurrir al refrigerado en caso de que el consumo no vaya a ser inmediato. Si el fallo que cometías era este el vendedor no tenía la culpa.