La obesidad infantil es uno de los problemas más preocupantes en el siglo XXI debido a las graves consecuencias que puede tener a corto, medio y largo plazo para la salud. Diabetes, colesterol, hipertensión... Son solo algunas de las enfermedades que antes o después se pueden acabar asociando a las personas que desde temprana edad padecen sobrepeso, una circunstancia que ya ha puesto en guardia a la mayoría de países del mundo desarrollado y que se intenta combatir mediante diferentes políticas a través de la educación y la medicina.

¿Cuáles son las causas? Hay factores genéticos obviamente, aunque en la mayoría de los casos esta obesidad en los niños se debe a algunos hábitos poco saludables como una dieta inadecuada, con exceso de alimentos ricos en grasas y azúcares y escasa presencia de frutas y verduras, así como el sedentarismo, es decir, el déficit de actividad física, que es lo que nos ocupa en este artículo.

¿Hacen suficiente deporte tus hijos? ¿Cómo animarlos desde pequeños para que disfruten practicando una actividad que además les va a suponer importantes beneficios para su salud actual y futura? Está demostrado que al menos una hora al día de actividad física es ideal para el desarrollo de los niños y niñas.

En estos casos, y este es un punto fundamental, debemos tener en cuenta que nosotros somos los primeros referentes para nuestros hijos, ellos imitan nuestros comportamientos y por tanto el primer punto pasaría por ponernos también en marcha, llevar una alimentación lo más sana y equilibrada posible, que nos vean menos frente al televisor y más practicando algún tipo de deporte. Si podemos hacerlo al aire libre y juntos, tanto mejor. Ten en cuenta que toda la familia debe implicarse al máximo para establecer unos hábitos de vida más saludables.

A partir de ahí, hay una serie de pautas que podemos seguir para que los niños disfruten con la actividad deportiva, ten en cuenta que se trata de un juego en el que lo importante es que lo pasen bien, así es como querrán repetir y poco a poco se convertirá en un hábito saludable que no asociarán con una obligación. Los expertos coinciden en algunas claves que nos pueden ayudar en este sentido:

- Deja que el niño elija qué deporte desea practicar, no lo hagas tú por él o ella.

- No le grites. Simplemente anímale y apóyale mientras juega. No olvides que es un niño y ten claro que siempre lo va a hacer lo mejor que pueda.

- Déjale disfrutar. Pregúntale si se divirtió, no si ganó.

- Disfruta viéndolo jugar. Le hará feliz saber que lo pasas bien y se sentirá apoyado.

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