Un juez ha condenado a dos jóvenes a tres años de cárcel por lanzar botellas, latas y piedras contra agentes de los Mossos d'Esquadra durante la celebración de la clasificación del FC Barcelona para la Final de la Liga de Campeones 2009 gracias a un gol de Andrés Iniesta, recordado como el "iniestazo".

En la sentencia, el juzgado de lo penal número 25 de Barcelona condena a los dos jóvenes aficionados a tres años y un día de cárcel por un delito de atentado con medios peligrosos contra agentes del orden, así como a otros ocho meses de cárcel por desórdenes públicos y a una multa de 1.500 euros por los daños causados en el servicio de bicicletas municipal Bicing.

Los hechos ocurrieron hacia las 03.35 horas de la madrugada del 7 de mayo de 2009, en el transcurso de la celebración de la clasificación del Barça para la final de la Liga de Campeones (que los azulgrana ganaron en Roma), en plena euforia por el decisivo tanto que logró Andrés Iniesta en el último suspiro del encuentro disputado en Londres ante el Chelsea (1-1).

Cuando la mayoría de aficionados ya se había retirado, un pequeño grupo de radicales, entre los que se encontraban los condenados, se mantuvo en el centro de Barcelona, en la confluencia entre las Ramblas y plaza Catalunya, frente a la fuente de Canaletas, donde se produjeron algunas peleas y lanzamientos de objetos contra los agentes.

Según recoge la sentencia, los dos condenados, Albert Perich Valenzuela y Cristian Martínez García, actuando en un grupo junto con otras personas que no han podido ser identificadas, empezaron a lanzar de forma reiterada botellas de vidrio, latas de bebida y piedras contra los agentes de los Mossos d'Esquadra, aunque los objetos no llegaron a impactar contra los policías.

Además, destrozaron a patadas tres bicicletas del servicio de Bicing, por lo que han sido condenados a una multa de 1.500 euros por un delito de daños y a indemnizar de forma conjunta a la empresa responsable de este servicio con 956 euros por los destrozos provocados.

Para emitir la condena, el juez se ha basado, como prueba de cargo fundamental, en el relato de los agentes que intervinieron en el dispositivo de seguridad, que durante el juicio identificaron sin dudar a los dos acusados como autores del lanzamiento de objetos peligrosos contra los agentes y los vehículos policiales y como los responsables de los destrozos en las bicicletas.

Frente al argumento de los jóvenes, que admitieron que estaban en el lugar de los hechos pero que no participaron en los altercados, los agentes subrayaron durante el juicio que les tenían perfectamente identificados, porque se encontraban entre un pequeño grupo de siete u ocho personas, cuando la mayoría de aficionados ya se habían retirado al dar por concluida la celebración.

Aquella celebración había sacado a miles de aficionados a la calle para festejar la clasificación de los azulgrana para la final de Roma, en una de las semanas más inolvidables para los culés, que había empezado el 2 de mayo con el histórico 2-6 en el Santiago Bernabéu y que dio paso al Barça de las seis copas.