Mientras Mestalla hace la ola, la otra cara de la moneda es Quique Setién, el técnico del Real Betis que escuchaba este domingo en el Benito Villamarín a la afición cantar "Quique vete ya". Es la diferencia entre jugar la final de la Copa del Rey o haber caído a las puertas de esa final que, además, jugaban en casa. Entre aprovechar la inercia y ganar al Athletic o sufrir la peor de las resacas y volver a perder con el Getafe.

Si la afición del Sevilla ardía contra su entrenador Pablo MachínPablo Machín después de perder ante el colista Huesca, los detractores del técnico cántabro del Betis aprovecharon el momento de debilidad, después de caer en la Europa League y en la Copa en solo una semana, para pedir su destitución. Lo hicieron desde antes incluso de comenzar el partido ante el Getafe, silbando el nombre del entrenador en la lectura de las alineaciones por megafonía. La cosa empezó a explotar en el minuto 20 con el primer gol del conjunto madrileño, con ese cántico de "Quique vete ya" que se repetiría al descanso y al final del partido, al confirmarse la derrota.

Setién, tras escuchar silbidos y cánticos contra su persona, admitió sentirse "anímicamente afectado" por esta nueva derrota por 1-2 con el Getafe y que asume las críticas como algo lógico porque "después de caer eliminados de dos competiciones y esta derrota ha hecho que la gente manifieste su frustración. Es la misma frustración que tenemos todos. Evidentemente uno tiene que asumir esto. Asumo totalmente la manifestación que ha tenido la gente, y sólo queda seguir trabajando y tratar de convertir esas críticas en aplausos, como he hecho otras veces, sin más", declaró en la sala de prensa.

El técnico explicó que como profesional está preparado para afrontar momentos difíciles porque "en el fútbol es necesario siempre encontrar culpables, todo el mundo requiere un culpable cuando pasa algo de esto, y es normal que quizá en este caso sea la figura del entrenador, que no se respeta demasiado. No hay memoria respecto a lo que haces. En días como el de hoy es normal, sobre todo cuando las cosas no van bien o pierdes, lo que no asumes es que critiquen cuando van bien, pero sabemos cómo funciona esto, es lo normal, es lo que hay y lo aceptamos".

Con todo, ¿teme por su puesto el técnico del Betis? Su respuesta no puede ser más clara: "Desde luego que no, pero no estoy en la cabeza del club y, al final, son ellos los que tienen que tomar las decisiones".