FC Barcelona

Xavi, nuevo entrenador del Barça tras pagar la cláusula

El club azulgrana alega que no ha podido redactar el contrato y no precisa si abonará la cláusula de 5 millones a Al Sadd

Xavi se despide en la ciudad deportiva del Al Sadd.

Xavi se despide en la ciudad deportiva del Al Sadd. / @ALSADDSC

Joan Domènech / Marcos López

Era cuestión de tiempo... y de dinero. Xavi abandonará Qatar para regresar a España, su casa. El histórico centrocampista culé sustituirá a Sergi, otro histórico lateral que hizo lo propio con Koeman, otra estrella barcelonista de los 90. Ahora, firmará definitivamente con el Barça en un nuevo proyecto de reconstrucción.

Xavi anunció el 21 de mayo de 2015 que se iba a jugar al Al Sadd de Qatar "con la idea de volver al Barça en un futuro" y el club azulgrana confirma que esa idea se convierte en realidad seis años más tarde. No como futbolista, por supuesto, cumplidos los 41 años, sino como entrenador. Se marchó Xavi con Luis Enrique al frente del equipo y vuelve para sustituir a Ronald Koeman tras el paréntesis de Sergi Barjuán, que acabará este sábado en Vigo.

El Al Sadd ha comunicado que el Barça ha pagado la cláusula estipulada en su contrato además de abrir nuevas vías de cooperación con el club azulgrana. Ahora, Xavi será el entrenador del primer equipo hasta el 30 de junio de 2024. Dos temporadas y media que empezarán con la misión inmediata de activar la reacción futbolística de la plantilla en cuanto a juegos y resultados.

Ese será el primer objetivo que continuará luego con la ejecución de un proyecto a largo plazo para restituir el genuino estilo azulgrana, pervertido a lo largo de los años, sin el sustento, además, de los títulos que justificara la pérdida de la identidad futbolística. La Copa del Rey del pasado mes de abril (2021), único legado de Koeman, rompió un vacío de dos años desde la Liga de Ernesto Valverde (2019).

Xavi recala en el Barça como entrenador y máximo responsable de un proyecto futbolístico que el club conoce en todos sus extremos. De inicio, se incorpora con sus primeros adjuntos, Òscar Hernández (su hermano mayor) y Sergio Alegre, y los analistas tácticos que estaban en Al Sadd: Sergio García, David Prats y Toni Lobo.

A ese núcleo del cuerpo técnico se añade también el preparador físico Iván Torres, que ha desarrollado los métodos de Xavi, y el fisioterapeuta Carlos Rodríguez para supervisar el estado físico de los futbolistas en su reincorporación al equipo, una de las áreas más criticadas en las últimas semanas por las constantes recaídas de los lesionados.

Xavi, con Òscar Hernández y Sergio Alegre, sus colaboradores, celebran un gol del Al Sadd.

Xavi, con Òscar Hernández y Sergio Alegre, sus colaboradores, celebran un gol del Al Sadd. / REUTERS

La tradición de casa

El fichaje de Xavi perpetúa la tradición azulgrana de confiar las riendas del equipo a un exjugador de la casa, tácitamente establecida en las últimas décadas. Una práctica que se interrumpió cuando Sandro Rosell eligió a Gerardo Tata Martino para sustituir a Tito Vilanova en el agravamiento de su enfermedad (2013-14) y Josep Maria Bartomeu llamó a Quique Setién para que ocupara el puesto del destituido Valverde (enero de 2020). 

Aunque el siglo XXI comenzara con la designación de Llorenç Serra Ferrer (2000-01) y hubiera un recurso de emergencia con Radomir Antic (2003) para terminar el negro mandato de Joan Gaspart.

Joan Laporta empezó el suyo con Rijkaard y lo terminó con Pep Guardiola, una decisión muy criticada en su día por muchos sectores del nuñismo, entre otras razones por la presunta inexperiencia del cerebro del dream team.

Sin embargo, Laporta y los culés disfrutaron de dos años (2008-10) en los que hubo el mejor fútbol nunca visto en el Camp Nou y un récord único en la historia: el primer sextete de títulos de la historia, igualado una década después por el Bayern.

A ese recuerdo se aferra Laporta reticente en un principio a fichar a Xavi, con quien mantenía una amigable relación que quedó plasmada en una frase: “Presi, ens veiem al Luz de Gas”, gritó el centrocampista en las celebraciones de la Liga de 2010. Esa relación que se consolidó desde entonces, se había enfriado en los últimos meses por la renuncia de Laporta a confiar el equipo a Xavi pese a que sus allegados trataban de hacerle ver que era la apuesta más indicada.

Solanas, Canales, Yuste y Alemany, en las gradas del estadio Al Gharafah.

Solanas, Canales, Yuste y Alemany, en las gradas del estadio Al Gharafah. / EFE

Las reticencias de Laporta

El presidente alegaba que le faltaba experiencia y ocultada que le incomodaba que hubiera sido el eje del proyecto deportivo de Víctor Font en las elecciones. Antes de contratar a Xavi, a quien presentará este fin de semana, fichó a Jordi Cruyff, que formaba parte del organigrama del egarense y, por tanto, de Font.

El deshielo, finalmente, se rompió. La intervención de Mateu Alemany, teóricamente un neutral por su reciente llegada al club como director de fútbol, venció la postura de Laporta, partidario inicialmente de confiar en un entrenador de la emergente escuela alemana, pero que no pudo consumar por la ausencia de dinero suficiente para convencer a un candidato. A medida que iba perdiendo la confianza en Koeman, Laporta se convenció de que la vuelta a los orígenes futbolísticos se erigía como una mejor solución para el Barça.

No tendrá ahora Xavi el poder absoluto que le confería Font, que lo había colocado como mánager general y entrenador, pero sí reúne con Laporta el consenso que necesita este para enderezar su proyecto tras unos meses iniciales llenos de dudas y problemas. De ahí que el presidente escenificara su giro para ponerse en manos de Xavi, el arquitecto de la reconstrucción.  

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