Luis Rubiales está entre la espada y la pared pero está agotando sus opciones de seguir al frente de la RFEF tras el beso a Jenni Hermoso y las polémicas posteriores. El presidente de la Federación busca la fórmula que le mantenga en el cargo y este viernes tendrá lugar la Asamblea General Extraordinaria en la que se tomará una decisión.

La Fórmula que barajaría el de Motril, según informa Onda Cero, es pactar una sanción laxa con la propia RFEF. Una inhabilitación de dos meses que impediría que el CSD u otro organismo pudiera intervenir e imponerle un castigo de mayor envergadura al haber sido ya penalizado por la propia Federación. De este modo volvería al puesto muy pronto y con el escándalo menos reciente.

La Asamblea ya contará de por sí con ausencias. Clubes como el Villarreal, el Elche o el Barcelona que son asambleístas han decidido no participar porque consideran que es un acto convocado por Rubiales para legitimarse. Sí se espera la participación de todas las federaciones territoriales a excepción de la vasca.