La desgarradora confesión de Luis Suárez: "Tengo que tomarme tres pastillas e inyectarme...."

El futbolista uruguayo reconoce que no puede tan siquiera doblar la rodilla: "Me cuesta jugar con mi hijo"

Luis Suárez

Luis Suárez

Hace años que Luis Suárez compite contra el paso del tiempo y su propio cuerpo. Ya en su etapa en el Barcelona la rodilla empezó a condicionar su rendimiento, pero se negó a claudicar.

Suárez pasó varias veces por el quirófano para tratar de reducir sus molestias, pero su rodilla nunca volvió a funcionar como antes. Ahora, con 36 años y en la recta final de su carrera, ha reconocido abiertamente que solo puede competir tomando medidas drásticas. "Las noches previas a los partidos me tomo tres pastillas y antes del partido me inyecto un Voltaren, si no hago eso no puedo jugar", explicó en ‘100% Deporte’, de Radio 890 Sport de Uruguay.

El delantero explicó el proceso de deterioración de su rodilla con el paso de los años. "En la parte interna tengo desgaste de cartílago y eso choca contra el hueso. No me genera líquido porque no podría ni moverla, pero se me tranca y no la puedo ni doblar". Suárez sufre lo que se conoce popularmente como artrosis en su rodilla, una enfermedad degenerativa que le provoca dolor cada vez que juega a fútbol.

"En la parte externa de la rodilla tengo una tensión que me quedó de una cirugía en 2020 cuando estaba en Barcelona. En la última etapa de recuperación vino la pandemia y tuve que hacer ejercicios por mi cuenta y no terminaba de estirar la rodilla", recordó como uno de los motivos de la evolución de su dolencia.

Durante la entrevista, Suárez aseguró que viéndole algunas mañanas poca gente pensaría que aún puede jugar a fútbol. “Me cuesta jugar con mi hijo”, lamentó. El uruguayo puso fin recientemente a su etapa en el Gremio, pero aún quiere vivir una última aventura en el Inter de Miami junto a Messi.