Fútbol

El Bernabéu lanza una advertencia a Ancelotti con una sonora pitada: "Esto es la Champions"

El campo del Real Madrid no comprendió el planteamiento de Carletto, quien también acabó confuso con su propuesta

Denís Iglesias

Carlo Ancelotti pensó que suficientes disgustos había tenido el día que se conoció cómo la Fiscalía recuperaba su conflicto con Hacienda por los derechos de imagenSalió frente al RB Leipzig considerando que la ventaja de un gol lograda en Alemania era más que suficiente. Echó argamasa a su pizarra y alineó a cinco centrocampistas (Kroos, Tchouaméni, Camavinga, Valverde y Bellingham) que

. Un galimatías para conservar el resultado y ahogar por dentro al conjunto alemán. Según la idea base, se iría desmoronando con el paso de los minutos. Al revés, vista la inoperancia del 'campeonísimo' europeo, el equipo de Rose pudo dar la sorpresa.

El Bernabéu no entendió nada y se fue muy cabreado a casa pese a la clasificación para cuartos. Antes del descanso brindó una sonora pitada con Carlo Ancelotti como principal destinatario. El Real Madrid se fue al túnel de vestuarios sin generar una sola ocasión clara en 45 minutos. En casa y en Champions. Imperdonable para un club al que en el fondo, a pesar de tener encaminada la Liga, solo le vale esta competición. Pero es que ni siquiera Carletto entendió lo que estaba pasando. En realidad, la incomprensión se extendió por los cuatro costados.

Sobre la alineación: "No repetirá el mismo once"

"No lo he entendido yo tampoco. La idea era meter un centrocampista más para presionar arriba y evitar contragolpes y transiciones. Ha sido un partido flojo, con bloque bajo. Nunca hemos sido capaces de presionar arriba, cuando era lo que teníamos previsto. ¿Un calificativo? Sufrido. En el pasado nos sucedió contra el Liverpool. Es un poco la historia de este equipo, que no somos capaces de manejar este tipo de ventajas", explicó Ancelotti.

El italiano no se escondió, seguramente porque el resultado había salido cara. Sabe que no puede volver a repetirse. "Puede que me haya equivocado en la alineación. Necesitábamos meter intensidad y energía, cosa que no hemos hecho. Tenemos que evaluar bien lo que no hemos hecho bien", insistió, a la vez que reconoció la soberanía de un Bernabéu al que no le cuesta activar el 'modo Champions' para remontadas imposibles.

Sin embargo, ante el RB Leipzig sintió a su equipo muy lejos. "La crítica, cuando es merecida, tienes que aceptarla. Hoy es totalmente merecida, como ocurrió con los pitos de la primera parte. Esperaban que despertásemos. Estamos muy contentos por estar en cuartos de final de la Champions. ¿Pondría el mismo once? No, para nada", resumía en su comparecencia Carletto tras un día duro. Su mayor preocupación era dejar claro que su causa con Hacienda era "un "viejo cuento" y de eso se encargó antes de nada.

Rodrygo y Camavinga, sacrificados en cada parte

En escenarios como el que se vivió en el Bernabéu, solo Vinicius relativizaba la jaula en la que se había encerrado un Real Madrid incomprensible. En los escasos ataques planteados por los locales no había nadie al remate. Se esperaba la providencia de Bellingham sorprendiendo desde atrás a un Red Bull robótico. Equipo de laboratorio, donde parece que importaba más responder a los mecanismos que la intención de los mismos.

Una fórmula tan anticompetitiva como la del Real Madrid, hasta que en la segunda parte fue capaz de dar un paso adelante. Sesko respondía a esa definición de delantero moderno, que no responde al oficio de goleador. Lo hace todo bien menos lo que exige su posición, que es marcar. A veces el fútbol se retuerce de tal manera que se olvida de lo fundamental. Eso pensaban Mendy y Carvajal metidos por dentro en ataque sin explorar el carril por el que estaba la llave de llevar cierto peligro.

Los dueños del espectáculo avisaron a los entrenadores que el espectáculo millonario necesitaba movimiento. Ancelotti dio entrada a Rodrygo al descanso, concediéndole el beneficio de las múltiples dudas que tiene encima. Sacrificó, como tantas otras veces, a Camavinga, quien perdió varios balones, pero uno de los que mejor entiende el concepto de la 'energía' al que tantas apela Carletto y que le faltaba al equipo. "Es una decisión táctica", se limitó a decir el italiano sobre este movimiento.

Vinicius, gol al borde de la expulsión

El único que parecía entender la responsabilidad de un partido así era Kroos. Por eso cuando a Ancelotti se le pide que dude de los viejos valores ni se le pasa por la cabeza. Normal que el germano recibiera la gran ovación de la noche. Por eso la alteración de unas ideas fijas que casi siempre funcionan disgustó tanto al Bernabéu. "Nos encantaría que cuando no estamos bien estuvieran un poquito más con nosotros, pero esto es el Real Madrid y la Champions", lamentó y asumió Nacho casi en la misma frase.

De un corte del alemán en la frontal propia nació el gol de Vinicius, quien pudo acabar expulsado antes de una de esas desconexiones que algún día le causarán un gran disgusto. A su club, a la afición y a él mismo, en ese orden. A pesar del gol se jugó la roja tras empujar a Orban. El responsable de redes del Red Bull ironizó tras el partido con una acción que terminó en amarilla: "Le coge el cuello con ambas manos... Interesante".

Las manías del brasileño también se trasladan a Europa. Sigue marcando goles decisivos, pero continúa enredándose en disputas que no le llegan a ningún puerto. "He visto la jugada del gol, que ha sido espectacular. Tanto el pase, el desmarque como el tiro. Y sí, ha existido un choque. Le ha empujado un poco fuerte, pero no me parecía roja", argumentó Carletto. Vinicius hizo cabrear hasta a Marco Rose, entrenador visitante.

"Creo que nuestra afición siempre nos ha apoyado"

Un hombre tranquilo que se fue del encuentro con un gran sabor de boca, sobre todo por lo demostrado en el segundo tiempo. "Sí que pensé que podíamos pasar, con todo el respeto al Real Madrid. Nuestro rendimiento ha sido muy alto. Puede que nos falte experiencia o calma en algún momento. Y algo de suerte", explicó en una frase que resume perfectamente el destino de la eliminatoria. El RB Leipzig fue superior en términos globales, no obstante, le faltó el punto de fe que nunca olvida el equipo blanco cuando realmente lo necesita.

El Bernabéu tuvo que tomarse en serio el partido, porque su equipo era incapaz de hacerlo ¿Quién se atrevía a desafiar al Real Madrid en su casa después de un gol? Pues casi cualquier equipo en estas circunstancias. Hasta la hinchada del RB Leipzig, equipo de nueva creación, casi de turismo en Madrid, se creyó hasta el final su papel como protagonista de una revolución que no se dio. Antes de que la herida fuese una hemorragia, Ancelotti, que de gestión emocional sabe tanto como de fútbol, se puso rápidamente la venda.

Recordó, de nuevo, que el Real Madrid está clasificado y líder en la Liga. "Creo que nuestra afición siempre nos ha ayudado y apoyado. En este estadio hemos pasado jornadas espectaculares e históricas. No ha sido una buena noche. Tendremos un ambiente espectacular en cuartos". Las victorias morales no valen de nada y el Real Madrid tampoco vive de sensaciones, como demuestra su historia. Pero la frase más repetida en la salida de la hinchada blanca fue "esto es la Champions". Un aviso para Ancelotti.