El Real Madrid vuelve a meter miedo a los árbitros con Gil Manzano

Es la segunda semana consecutiva que el colegiado extremeño se queda sin designación tras su actuación en el Valencia-Madrid de Mestalla

Gil Manzano, en Mestalla

Gil Manzano, en Mestalla / JM López

La Real Federación Española de Fútbol ha dado a conocer esta mañana las designaciones arbitrales para la jornada 29 de liga y, por segunda semana consecutiva, Gil Manzano no ha sido asignado para ninguno de los 10 partidos de Primera División. Su 'neverazo' llega justo tras su actuación en el Valencia-Madrid de Mestalla en la que el madridismo no terminó contento.

Este castigo al extremeño confirma una vez más la mano blanca dentro del estamento arbitral. Perjudicar al Real Madrid o, en este caso, no cometer errores que favorezcan al equipo de la capital tiene consecuencias y Gil Manzano ya las conoce. Parece tratarse de una nueva medida de presión para que el resto de árbitros que impartan justicia en los próximos partidos del Real Madrid se acuerden de que no dar un 'empujón' a los de Ancelotti puede tener sus consecuencias.

El episodio de Mestalla

Gil Manzano, el colegiado, pitó el final justo antes de que Brahim centrara desde la derecha a la cabeza del jugador inglés, que remataba a gol. El árbitro había avisado de que justo después del córner no iba a dejar jugar más. Cierto es que él solo se metió en un lío que podría haber evitado perfectamente haciendo sonar su silbato justo en el primer rechace. A pesar de que se llevó el silbato a la boca, se esperó incomprensiblemente hasta que Brahim centrara para hacerlo sonar, desatando la incredulidad, lógica en ese momento, de los jugadores del Madrid. Bellingham incluso acabó expulsado y con dos partidos de sanción.

La realidad es que Gil Manzano acertó decretando el final antes de que esa jugada que hubiera terminado en el 2-3 del Madrid terminara en gol pero se equivocó esperando tanto. En cualquier caso, el Madrid terminó muy enfadado con esa acción y ya es la segunda semana que el extremeño no arbitrará ningún partido. Casualidad o consecuencia.