Fútbol

El Girona se exhibe para meterse en Europa y abrazar la Champions tras aplastar al Cádiz

Con 18 puntos aún en juego, los de Michel tienen 10 más que el quinto clasificado, el Athletic Club

Marcos López

El cuento no termina. La historia de amor del Girona con la pelota no tiene fin. Y el fútbol, generoso como es, agradece la aparición de un equipo maravilloso, capaz de sublimar el toque dejando dos luminosos goles en la primera mitad que deslumbraron a Montilivi, un templo acostumbrado a hechos prodigiosos. Acabada la exhibición sobre el Cádiz (4-1), jugadores y entrenador lucieron una camiseta roja: 'Europa, ja som aquí!.

Y ha llegado un equipo que no deja de alucinar sus fieles, que acuden a la procesión semanal con devoción, con el tejido que ha construido Míchel en La Vinya, la ciudad deportiva del club. Quedan seis jornadas (18 puntos en juego) y tiene 10 de renta sobre el Athletic. O sea, está ya en Europa y abrazando la Champions, con Montilivi haciendo la ola.

Es un equipo redondo. Basta ver el primer gol. Un tratado de inteligencia elaborado por Salva Funez, el segundo entrenador. Un saque de esquina servido por Aleix García tuvo el sedoso pase de Iván Martín al primer toque para entregarle la pelota a Savinho. Amortiguó el brasileño la pelota, centró con la zurda y entonces se transformó en una exquisita asistencia para que Eric García cabeceara el 1-0. Entonces, Míchel se giró eufórico hacia el autor intelectual de esa maravilla. Y Montilivi, acostumbrado como está al espectáculo, ni se frotó los ojos. Una más, pensó la gente.

Así era. En el 2-0, el grado de sofisticación adquirió tal nivel que, tal vez, debería estudiarse esta jugada en las escuelas de fútbol. De nuevo, por la derecha. Y ahora con el balón en movimiento. Eric para Yan Couto, antes lateral diestro; ahora extremo, éste le devuelve el tesoro al central cedido por el Barça. Control y pase de Eric para Miguel -¡qué demonios hacía el lateral zurdo del Girona en el flanco derecho y dentro del área del Cádiz-, quien se inventó un taconazo delicioso para que Iván Martín, con un preciso zurdazo, elevara la acción a obra de arte futbolística. 

Montilivi puesto en pie

El catalógo de exquisiteces de la primera mitad parecía infinito. El disparo exterior de Yangel Herrera escupido por el poste derecho andaluz o la mimosa vaselina de Savinho, que tropezó con el larguero para frustrar el 3-0 de una noche inolvidable en Montilivi. Y la gente se puso entonces en pie para ovacionar a un equipo gigantesco que se marchó al descanso dejando una huella inolvidable, con taconazos sensacionales o ruletas de Blind, siendo el último hombre, sin vértigo alguno.

Los números (68% de posesión, solo tres tiros del Cádiz y ninguno a la portería de Gazzaniga, que ni siquiera manchó sus guantes) no pueden ilustrar lo que sintieron los aficionados del Girona. Era mucho más que orgullo. Era una sensación casi sobrenatural, de felicidad extrema porque disfrutan de un equipo nunca visto antes en la ciudad. Y quizá que nunca más volverán a ver.

De vuelta del vestuario, era otro Girona. Y también otro Cádiz, estimulado por la necesidad de huir del pozo que le conduce, de momento, a Segunda División. El partido era distinto en la segunda mitad.

El enfado de Míchel

Míchel entendió al instante que tocaba mover a su equipo, encandilado como había quedado por el fútbol que había desplegado. Minutos de descontrol en los que las largas manos de Gazzaniga evitaron disgustos, pero no el enfado del técnico, quien, además, vio como los músculos de Yangel Herrera volvieron a quejarse, por lo que tuvo que ser sustituido.

Pellegrino, de perdido al río, reactivó a su Cádiz, al que le pidió atrevimiento y energía para no verse cegado por el fútbol del Girona, mientras aumentaba la magnitud de la furia de Míchel. Hasta que Miguel percutió veloz y calmado a la vez por la banda izquierda para otear la figura de Dovbyk, quien llevaba más de una hora sin disparar a puerta. Pero se guardó lo mejor para ese tercer gol.

No hubo gol feo. Ni bonito. Los tres primeros fueron hermosos. Control del ucraniano, giro de bailarín y zurdazo, chequeado y validado por el VAR. Todo en milésimas de segundos para certificar una goleada espectacular que le permite abrazar la Champions.

Quedan 18 puntos en juego y tiene el Girona 10 de ventaja sobre el Athletic, disfrutando de Pichichi de la Liga (Dovbyk suma 18 tantos), capaz de reaccionar con urgencia al 3-1 de Escalante con el más pillo de todos. Quizá el gol más terrenal, el de Portu, un tipo que hace de cada minuto una bendición para su equipo y su entrenador, pero retrata el hambre de un equipo que ya está en Europa. Y le espera la Champions. 

Ficha técnica:

4 - Girona: Gazzaniga; Èric, David López, Blind, Miguel (Arnau, min. 76); Aleix García; Yan Couto (Pablo Torre, min. 86), Iván Martín (Portu, min. 76), Herrera (Jhon Solís, min. 58), Sávio; y Dovbyk (Toni Villa, min. 86).

1 - Cádiz CF: Conan; Iza, Ousou, Víctor Chust, Lucas Pires; Iván Alejo (Sobrino, min. 70), Rubén Alcaraz, Álex (Escalante, min. 46), Navarro (Guardiola, min. 86); Juanmi (Chris Ramos, min. 46) y Maxi Gómez (Roger Martí, min. 70).

Goles: 1-0, min. 9: Èric. 2-0, min. 22: Iván Martín. 3-0, min. 71: Dovbyk. 3-1, min. 81: Escalante. 4-1, min. 82: Portu.

Árbitro: Alberola Rojas (comité castellanomanchego). Amonestó al local Miguel (min. 42) y a los visitantes Álex (min. 31) y Víctor Chust (min. 82).

Incidencias: Partido de la 32ª jornada de LaLiga EA Sports disputado en el Estadi Municipal de Montilivi ante 12.665 aficionados.