La final del domingo no hace más que corroborar lo que ya sabía todo el mundo, que Rafa Nadal es, y probablemente lo será de por vida, el mejor tenista sobre tierra batida en la historia del tenis. Solo él puede subir año a año el listón que se pone en París y parece casi misión imposible que pueda perder algún día en esta superficie si no es por problemas físicos.

Con todo ello, uno echa la vista atrás y no deja de sorprenderse cuando recuerda la única participación de Rafa Nadal en València, en el desaparecido Abierto de la Comunitat Valenciana que acabó impulsando el Valencia Open 500. Aquel 2005, con apenas 18 años y en la pista central del CT Valencia, no pudo pasar de cuartos de final al caer contra Igor Andreev. Hace mucho y era muy joven, sí, pero dos meses después ganó su primer Roland Garros. Y ya van doce.