El Levante y Bruno González se emplazaron a final de temporada para abordar su posible continuidad y eso es precisamente lo que se han puesto a negociar las dos partes en las últimas horas. Bruno queda libre este martes 30 de junio y el objetivo del club, con otras operaciones de mercado para reforzar la defensa bajo el brazo, es prolongar su contrato más allá de las seis jornadas que quedan de LaLiga. Encima de la mesa del central canario hay una oferta de dos temporadas fijas y la posibilidad de ampliarlo a una tercera en función de objetivos. Sin embargo, las diferencias económicas impiden, de momento, que se llegue a un acuerdo.

Por contra, para lo que en principio no va a haber problemas es para que Bruno siga a las órdenes de Paco López los próximos partidos, ya que tal y como al club le constaba cuando llegó del Getafe no tiene firmado nada con ningún otro club. Su caso, además, es distinto al de otros jugadores que ya han comunicado que no defenderán más la camiseta de su actual club. Son los casos en el Eibar, por ejemplo, de Orellana y el de Escalante, por quien el Levante por cierto hizo también una oferta. El primero ha firmado con el Valladolid y el segundo con la Lazio. Los clubes, que lo único que pueden hacer es negarles sus premios por objetivos, no pueden obligarles a prorrogar sus contratos.

Bruno, pese a su inactividad en el Coliseum, ha jugado completos los partidos contra el Atlético y el Sevilla y los minutos de la basura de Cornellà. Antes del confinamiento también fue titular en los tres últimos ante Real Madrid, Eibar y Granada. Paco ha dado el visto bueno a que se le ofrezca la renovación, mientras que al club le encaja en su proyecto tanto por la parte deportiva como por la económica. Siempre y cuando, eso sí, se pueda alcanzar un acuerdo, ya que los parámetros ahora son más estrechos y la idea en la medida de lo posible es ajustarse a la 'nueva normalidad' de futbolistas a coste cero.

El pasado enero, cuando llegó a Orriols con la carta de libertad para ocupar el puesto del traspasado Cabaco, Bruno ya rechazó una oferta similar a la de ahora de dos temporadas fijas y prefirió firmar solo un contrato de cuatro meses. Parecía que detrás de su decisión se escondía un acuerdo con otro equipo pero nada más lejos de la realidad, tal y como él mismo explicó en su puesta de largo. En realidad lo que motivó su decisión fue la experiencia que vivió en el Getafe, donde se encontró con la puerta cerrada cuando recibió una suculenta oferta del fútbol mexicano. El central, si finalmente no renueva en el Levante, nunca le ha hecho ascos a la posibilidad de jugar en el extranjero.

Los casos de Iván y Mayoral

Mayoral se encuentra en una situación como la de Bruno, ya que su cesión también acaba este 30 de junio pero entre el Levante y el Real Madrid hay acuerdo para que continúe y el jugador también está por la labor. El único futbolista que acaba oficialmente su vinculación y no vestirá más de granota es Iván López, que sigue en el dique seco y es un caso muy particular tras haberse criado en la casa.