Alessio Lisci es asunto de debate en Orriols. El entrenador italiano se hizo con los mandos del primer equipo después de la destitución de Javi Pereira al frente del banquillo del Levante y su efecto no fue el esperado. El empate contra Osasuna, además de estirar la agonía de ocho meses sin ganar en LaLiga, provocó una reunión de urgencia en el Consejo de Administración para determinar el futuro del técnico del filial, aunque la opinión de los aficionados es que el transalpino se ha ganado el derecho de hacerse cargo con los mandos de la nave granota aunque el equipo, pese a la ligera mejoría que mostró sobre el verde, sigue sin sumar de tres. 

De momento, encima de la mesa está la posibilidad de contratar a un entrenador con experiencia para que le dé un volantazo a la situación, cada vez más comprometida. No en vano, los aficionados levantinistas quieren otorgarle su beneplácito a Alessio Lisci al tener a sus espaldas una larga lista de éxitos en categorías inferiores y tratarse de un hombre de la casa. Las próximas horas serán determinantes para conocer cuál será el rumbo del banquillo en Orriols. Un puesto que, a día de hoy, es una auténtica patata caliente.