El equilibrio de Alessio Lisci empieza desde la retaguardia

La zaga levantinista encuentra el camino para poner el cerrojo en la portería. El técnico italiano ya tiene definida su línea

Un lance del Levante-Elche

Un lance del Levante-Elche / Francisco Calabuig

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El apoteósico triunfo del Levante contra el Elche se vio respaldado por el lavado de cara que tiene el equipo en defensa, donde muestra una versión más seria, contundente y expeditiva. Después de tres partidos donde las esperanzas de permanencia han aumentado al sumar siete puntos de nueve posibles, el combinado dirigido por Alessio Lisci ha sido capaz de poner el candado en su portería en dos ocasiones mediante participaciones en las que supieron actuar con frialdad y acometer el mínimo número de riesgos posibles.

Con defensa impar y empleando los mismo futbolistas, con la novedad de Son por la izquierda, ante los problemas físicos que experimentó Clerc durante el entrenamiento previo al partido contra el Betis, la confirmación de Miramón por derecha y con una línea de tres formada por Róber Pier, Cáceres y Óscar Duarte. Los cinco jugaron en el Wanda Metropolitano, en Balaídos y en el Ciutat contra el Elche con un balance positivo. 

Sin embargo, el principal damnificado es Rúben Vezo, quien después de caer lesionado durante la primera mitad del encuentro contra los de Pellegrini, tendrá que desenvolver su mejor versión para regresa a la retaguardia. No obstante, el eje central se ha redimido al compás que el Levante se ha subido al tren de la permanencia.

Róber, en el ojo del huracán por sus irregularidades atrás, estuvo más seguro y convincente tanto con balón como sin balón, mientras que Óscar Duarte adquirió galones para tirar de liderazgo y jerarquía. Ambos, reforzados por la veteranía y garra de Cáceres, que después de asumir el reto de pelear por la salvación, le ha dado un soplo de aire fresco a la defensa y armar con las que combatir el objetivo. 

De hecho, Alessio Lisci confirmó, en la rueda de prensa posterior al partido contra el Elche, que el equipo ha dado con la tecla en la retaguardia. «Cuando uno defiende no defienden solo los centrales, sino todos. El rival esta mucho menos cómodo, no consigue pensar.

Aunque en algún momento tenga más el balón. La defensa esta mucho menos expuesta y puede defender con más comodidad. Estamos encontrando una base, sobre todo atrás. En el centro del campo y arriba seguiremos cambiando según el rival», comentó.