LALIGA SANTANDER

El Levante cae con honores ante el Barça en busca de la salvación (2-3)

El equipo granota, en su versión más atrevida pero menos efectiva, puso contra las cuerdas a los de Xavi. Del fallo de penalti que era el 2-0 a caer en el descuento

Los granotas se lamentan tras la derrota ante el Barça

Los granotas se lamentan tras la derrota ante el Barça / F. Calabuig

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Levante, independientemente de cuál sea el su estado y su situación, demostró que no entiende de desafíos imposibles. Que sabe dar pasos al frente, crecerse ante contextos adversos y que, sobre todo, cuenta con una capacidad de resistencia y resiliencia, pero, para lo que no estuvo preparado, fue a realizar un esfuerzo titánico que no tuvo impacto en su casillero de puntos. No solo por perder, sino por las formas (2-3).

De la manera más cruel posible, en el descuento y después de tocar, con la yema de los dedos, el premio de, como mínimo el empate. Tres penaltis a favor, inédito en el curso del Barça, no sirvió para impedir que Luuk De Jong cabecease, en el 92', el balón de la fortuna culé y del revés granota al fondo de las mallas, para delirio de los de Xavi y mazazo levantinista. Un golpe duro, pero del que hay que reponerse para seguir creyendo en la salvación.

Pese a ello, el Levante, desde el primer segundo, mordió al Barça. En cinco minutos fue capaz de intimidar a Ter Stegen en dos ocasiones. Primero mediante las botas de José Luis Morales, quien a los pocos segundos del pitido inicial, se aprovechó de un defectuoso pase de Dani Alves, para ejecutar un disparo desde la frontal que se marchó rozando la escuadra.

Y después, a través de las botas de Campaña, que lanzó, fuerte y al palo corto, un disparo desde dentro del área al que el guardameta alemán respondió de manera solvente. El cuadro de Xavi Hernández, por su parte, apenas intimidó la portería levantinista en los primeros compases, ante un Levante que, pese a la envergadura de su adversario, pero envuelto del atronador ambiente que por momentos provocó el Ciutat de València, jugó con valentía.

Ferran, a los veinte minutos, probó los guantes de Cárdenas con un lanzamiento cruzado, tras un envío trazado con escuadra y cartabón de Ter Stegen. Un arquero que, superado el ecuador, evitó el que pudo ser el gol de la jornada. El Comandante cogió el cuero en las cercanías de la medular, arrancó midiéndose frente a frente ante un Ronald Araújo al que superó con un amago, se metió en el área deshaciéndose de Jordi Alba y, con todo Orriols en pie y expectante, disparó al brazo del portero culé, que se hizo grande contra el '11', para que posteriormente Eric García le privara de anotar sobre la línea de gol.

Desde entonces, el combinado de Alessio Lisci se encargó de tutear al bando visitante. Sin ningún tipo de perjuicio y consciente de la validez que tienen sus armas. Más allá de las diferencias entre ambos equipos. El efecto futbolístico de Xavi Hernández, tendencia en el fútbol español, quedó evaporado en los entresijos del Ciutat de València y ante un Levante que se gusta en las grandes citas. Se lo cree. Pese a ello, el regreso de los vestuarios tuvo a un Barça enrabietado por cómo desarrolló su primer asalto. Dembélé envió un centro a la testa de Ferran que despejó Cárdenas. Fue el primer aviso peligroso de los visitantes, pero fue el prólogo del primero del Levante. Nunca le pitaron un penalti al Barça en toda la temporada, hasta que llegó a Orriols. Dani Alves obstaculizó ilícitamente a Son dentro del área y Munuera Montero, quien cuajó una actuación deficiente cuando las acciones corrían hacia el lado granota, indicó los once metros. Morales cogió la responsabilidad y marcó. Sin embargo, una mano de Eric García en el área hizo que el árbitro andaluz volviese a señalizar el punto fatídico, pero Roger, encargado de lanzarlo, se topó con Ter Stegen. En el mismo instante en el que Pedri y Gavi, suplente, cambiaron el son del encuentro cuando entraron al verde.

En el 60' de la segunda, Dembélé colocó el balón en la cabeza de Aubameyang para poner el 1-1, y cuatro después, una majestuosa jugada individual del '30' culé, haciendo alusión a su gran capacidad técnica, se la dio a un Pedri que, con un disparo cruzado, puso por delante a los suyos. En un abrir y cerrar de ojos, el Levante pasó de rebosar alta autoestima a verse por detrás. No obstante, siguió tirando de esperanza.

Hasta el punto de que la locura estalló en todos los niveles con un tercer penalti, esta vez de Lenglet a Dani Gómez, transformado por Melero. Ver para creer, pero qué locura supuso. No en vano, tocó sufrir, incluso más de la cuenta, ya que Cárdenas paró un mano a mano a Gavi, pero el destino quiso ser cruel, cuando Luuk De Jong, en el descuento, tumbó todo el esfuerzo con un testarazo inapelable. Fue, quizás, la derrota más dura de la temporada, pero la élite no espera a nadie. Granada ya está en el horizonte.