La intrahistoria de un penalti que puede costar un ascenso

La pena máxima ejecutada por Wesley ante el Mirandés fue la consecuencia de una concatenación de errores. La intención del brasileño de lanzarlo, independientemente de su voluntad, y sobre todo el fallo, le coloca en el disparadero

Campaña consola a Wesley tras errar el penalti ante el Mirandés.

Campaña consola a Wesley tras errar el penalti ante el Mirandés. / Francisco Calabuig

Rafa Esteve

Rafa Esteve

La derrota del Levante contra el Mirandés tumbó, en un alto porcentaje, las probabilidades de subir a Primera División de manera directa. El partido estuvo marcado por múltiples circunstancias, pero la acción que pudo marcar un antes y un después fue el penalti fallado por Wesley. El combinado de Calleja tuvo la oportunidad de apretar las tuercas a su rival con una pena máxima y, según el acierto de los lanzadores previos, tiró la ocasión por la borda. Aún resuena por el Ciutat el murmullo, fruto de la incredulidad, al ver al delantero firmemente a por el balón para lanzar el penalti. Sin embargo, lo que giró alrededor de su decisión fue una serie de situaciones que se tradujeron en el peor de los resultados, además de dejar al ‘7’ en el disparadero.

Una vez López Toca señaló el punto fatídico, José Campaña fue el encargado de ejecutar la acción. El ‘24’, con un cien por cien de efectividad en penaltis anotados esta temporada, asumió el deber de ir a por el empate contra el Mirandés, pero Wesley le pidió lanzarlo y el centrocampista cedió ante la voluntad del brasileño en tomar la responsabilidad. “Me lo ha pedido y se lo he dado”, recogieron las cámaras de LaLiga SmartBank cuando Campaña fue sustituido por Iborra. La decisión del ‘24’, no obstante, fue incomprensible entre los miembros del cuerpo técnico, sobre todo, habiendo en el campo otros jugadores con garantías para transformar una pena máxima tan trascendental. Soldado, Pepelu o Álex Muñoz fueron otros candidatos. Sin embargo, el centro de la culpa no reside en José Campaña, quien tras el partido, terminó roto y anímicamente hundido. El medio andaluz tiene una elevada responsabilidad en su decisión, pero los focos de Orriols apuntan a la figura de Wesley.

La intención del atacante cedido por el Aston Villa, a pesar de que no estuvo cargada de mala fe, se etiquetó de egoísta en las profundidades del club. Incluso, se consideró que no ha hecho méritos como para tener que cargar con una responsabilidad de dicha envergadura según el contexto del partido. Al delantero no le importó la necesidad de ir a por los tres puntos ante el Mirandés y la presencia de hombres con poso sobre el terreno de juego. El ‘7’ quiso lanzarlo sí o sí al considerarlo, a título personal, como una oportunidad para terminar con su sequía en LaLiga SmartBank y así empezar a darle la vuelta a una temporada más que deficiente. A su vez, Wesley Moraes creyó que la situación fue idílica para recuperar una confianza que no pasa por su mejor momento. No en vano, no solo no consiguió cumplir con cada una de las metas que se le pasaron por la cabeza cuando López Toca indicó el penalti, sino que su ejecución fue defectuosa. El balón se estrelló en el larguero, de la misma forma en la que el público del Ciutat, que, a caballo entre la incredulidad, la rabia y la frustración, explotó por completo.

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