Detalles que cuestan puntos

Los tres últimos partidos no han caído del lado granota por errores evitables y la imagen tiene que cambiar radicalmente ante Las Palmas

La diana del Zaragoza, el error de Róber Pier en Éibar y la decisión de Wesley de tirar el penalti ante el Mirandés han sido situaciones que han lastrado al equipo en su escalada hacia el ascenso directo.

La diana del Zaragoza, el error de Róber Pier en Éibar y la decisión de Wesley de tirar el penalti ante el Mirandés han sido situaciones que han lastrado al equipo en su escalada hacia el ascenso directo. / F. CALABUIG Y LALIGA

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El ascenso directo es, matemáticamente, una posibilidad real para un Levante que, pese a la gran cantidad de oportunidades desaprovechadas a lo largo de la temporada, todavía está metido en la pelea. A cuatro del liderato y a tres de la segunda posición, el conjunto de Javi Calleja viaja a Las Palmas con la obligación de no seguir retrocediendo en su ilusión de competir en la élite del fútbol español. Más allá de tratarse de un rival directo, el cuadro de García Pimienta está a solo un punto de distancia, por lo que vencer en Gran Canaria supondría un golpe de moral hacia el ascenso. No obstante, el Levante tiene el deber de no fallar en los seis partidos que le quedan de curso. Sacar la calculadora no valdrá para nada, al igual que depender de lo que hagan el resto de contrincantes. No obstante, el combinado levantinista, después de conquistar el Sardinero con un tanto de falta de Joni Montiel, tiró por la borda sus respectivas oportunidades de asaltar uno de los dos primeros puestos por situaciones tan evitables como impropias de un aspirante al ascenso en los últimos tres partidos.

Después de ganar al Racing de Santander, al Levante se le presentó un duelo ante el Zaragoza que, más allá del contexto en el que se envolvió, tras el reconocimiento de la Copa de la República, fue otro de los marcados en rojo en el calendario para recortar puntos con los dos primeros puestos de la clasificación. No obstante, no solo el choque empezó torcido, debido a que a los tres minutos Rúben Vezo recayó de su lesión tras recortar plazos en su recuperación, sino que, el Zaragoza empató con un gol desde larga distancia de Sergio Bermejo defendido con poca intensidad. Además, el equipo, por delante en el marcador desde el minuto diez, se limitó a conservar el resultado en vez de ir a por una ventaja mayor.

El empate ante el cuadro comandado por Fran Escribá supuso un revés en toda regla, pero la visita a Ipurúa se convirtió en una oportunidad de despejar dudas y, otra vez, apretar la zona más elevada de la tabla. Casi sin merecerlo, el Levante se puso por delante contra el Eibar, gracias a una diana en propia meta de Arbilla, pero siete minutos después, una pérdida en área de Róber Pier, en su intento de cederle el esférico a Joan Femenías, terminó con el tanto del empate definitivo, obra de Stoichkov. No obstante, el punto sumado en tierras vascas, independientemente de las formas, fue calificado desde una perspectiva positiva al haber servido para recortar una unidad con el ascenso directo.

Por ello, el enfrentamiento contra el Mirandés fue calificado como una final. Vencer suponía dar el salto a la segunda plaza y, a partir de dicha escalada, tener con la potestad de depender de sí mismo para, restando siete jornada, conseguir el sueño de subir a Primera. No obstante, la decisión de que Wesley Moraes tirase el penalti con 0-1 en el marcador, sin ser un especialista y con otros expertos sobre el campo, tuvo su trascendencia en el devenir de un partido que, pese a que el punta brasileño logró su ansiado gol, terminó decantándose a favor del bando visitante. El gol del Zaragoza, el infortunio de Róber Pier y el capricho de Wesley han marcado el destino de un Levante que ha frenado su candidatura a un ascenso directo que, si quiere alcanzar, debe dar más y poner toda la carne en el asador en los seis partidos que quedan de competición. Las Palmas será un nuevo obstáculo para lograr la reacción

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