Un regreso meteórico a Primera y por la vía rápida

El gol de Sergio Postigo contra el Oviedo culminó, con seis jornadas de antelación, un ascenso como pocas veces se ha visto en Segunda

Los jugadores celebran el ascenso sobre el césped del Ciutat

Los jugadores celebran el ascenso sobre el césped del Ciutat / F. Calabuig

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Ciutat de València cuenta las horas para presenciar un ascenso a Primera seis años después de la última vez. El coliseo de Orriols conoce las sensaciones y las emociones que produce subir a la élite del fútbol español, consciente del aluvión de sentimientos que produce entre una afición levantinista que, a lo largo del curso, no ha dejado de remar para convertir su sueño en realidad. Ascender te cambia la vida. Y si no, que le pregunten a Sergio Postigo, capitán del Levante que, en su primer año como levantinista, se aupó al cielo azulgrana obrando el gol que materializó el ascenso contra el Oviedo. Un gol que, seis años después, todavía le pone los pelos de punta. «En el momento de la jugada, nunca pensé que ese gol tendría tanta repercusión cuando lo celebré con mis compañeros. De hecho, fue un partido con varias ocasiones y en ningún momento me imaginé que iba a ser el único tanto ni nada por el estilo. Es un recuerdo que tendré para toda la vida por lo que significó y por los momentos felices que vinieron después», aseguró Sergio Postigo.

El ascenso a Primera División del Levante en 2017, con Juan Ramón López Muñiz al frente, fue de los más autoritarios en la categoría de plata del fútbol español. Líder destacado, terminó el año con 84 puntos, 14 unidades por encima del segundo clasificado, 16 por encima del tercer puesto y, lo más reseñable del curso, consumó su escalada a la élite en abril y con seis jornadas de antelación. Números sobresalientes y que demuestran un dominio evidente de lo que fue una temporada que aún retumba en las profundidades del Ciutat de València. No obstante, el ‘15’ no coincide con los que piensan que aquel ascenso fue coser y cantar. El trabajo, el esfuerzo y el sacrificio fueron los ingredientes de un año tan inolvidable como histórico en Orriols.

«La gente dice que fue un ascenso demasiado fácil y no fue así. Esa temporada, cada partido fue muy sufrido y muy trabajado. Muy pocas veces ganamos con una superioridad muy grande en el marcador. Fue un ascenso muy trabajado, más de lo que la gente se piensa. Pero comparado con, ojalá, este no tiene nada que ver. Este año hemos pasado por muchos inconvenientes y hemos tenido lesiones de gente muy importante. Que no se diese el ascenso directo nos dolió, pero llegamos al playoff mentalizados y así lo estamos reflejando. Estamos haciendo una promoción muy buena y ojalá mañana se dé un ascenso que no olvidaremos jamás», comentó el capitán.

Seis años después de la memorable tarde del 29 de abril de 2017, la ambición de Sergio Postigo por conseguir otro ascenso es, incluso, más grande que el día en el que se convirtió en protagonista tras su gol contra el Oviedo. El descenso de categoría le dolió, pero, a pesar del golpe, se mantuvo firme en todo momento. Ahora, solo piensa en dar un golpe encima de la mesa contra el Alavés y en ofrecerle, tanto a la afición como al club, la alegría que se merecen. «Tenemos ganas de ascender desde antes de que empezase LaLiga. Desde que el descenso a Segunda fue matemático estamos deseando celebrar el ascenso por nosotros, por la gente, por el club, por todo lo que significa devolver al Levante a Primera División. La importancia que tiene para todo y para todos», finalizó.