Vacas flacas en el Levante UD

La comisión del club se reunió este lunes para sacar conclusiones del curso y mirar hacia un futuro donde reestructurar será obligadoLa comisión del club se reunió ayer para sacar conclusiones del curso y mirar hacia un futuro donde reestructurar será obligado

Miñambres, en el Ciutat

Miñambres, en el Ciutat / Francisco Calabuig

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El cruel desenlace de la temporada del Levante traerá consecuencias para la estructura de un club que, en vez de caer en el desánimo y en la lamentación, tiene el deber de reinventarse para volver a la élite del fútbol español con más fuerza que nunca.

El luto del dudoso penalti ejecutado por Asier Villalibre queda atrás. Mirar hacia adelante es lo único que le queda a una institución levantinista que abre interrogantes de cara al futuro. Subir a Primera División será una tarea más difícil después de desaprovechar la primera oportunidad, pero las líneas empiezan a marcarse. Durante la tarde de ayer, se llevó a cabo una reunión de la comisión en el Ciutat de València, programada desde antes del descalabro sufrido ante el Deportivo Alavés, y que sirvió para preparar el pleno de la Fundación que pondrá punto y final a una temporada que se sumerge en una de las más dramática en la historia del club granota.

No obstante, las miras se depositaron también en lo que está por venir. Ascender a la élite del fútbol español, aunque sea con menos recursos, volverá a ser el reto de un club que buscará su revancha en la temporada 23/24. No obstante, se avecinan curvas en forma de cambios y remodelaciones en las profundidades de la institución. No solo a nivel deportivo, donde las figuras de Javi Calleja y Felipe Miñambres se encuentran en el disparadero tras no cumplir con el objetivo de regresar a la máxima categoría del fútbol español, sino también a nivel interno y mientras la figura de Quico Catalán, quien estará en la reunión del patronato del 28 de junio, también está tocada. Sin embargo, los daños colaterales de la decisión de Hernández Maeso en señalar aquel penalti son de dimensiones considerables. 

A pesar de que los proyectos de Nazaret y la segunda fase del estadio siguen en marcha a través del fondo de inversión de CVC, los 45 millones de pérdidas en los últimos dos años son más sangrientos tras perder la oportunidad de ingresar 42 al no subir a Primera. Más allá de las fichas de que liberarán, el club se verá reducido en 23 millones de euros. Situación con la que el club deberá lidiar para volver.