REPORTAJE

"Voy a trabajar al máximo para darle un ascenso a mi abuelo"

Los orígenes de Sergio Lozano son imposibles de entender sin el barrio de Nazaret ni la figura de José Vicente Lluch, utillero del club en los 80 y fiel aficionado granota: "quiero que se sienta orgulloso de que su nieto lo da todo por la camiseta del Levante"

Nazaret se engalanó para recibir a su estrella: un Sergio Lozano que es el orgullo del barrio

Nazaret se engalanó para recibir a su estrella: un Sergio Lozano que es el orgullo del barrio / F. Calabuig

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Las calles del barrio de Nazaret nunca olvidarán las innumerables veces que Sergio Lozano le pegó patadas a un balón persiguiendo su sueño de ser futbolista profesional. El nieto de José Vicente Lluch, apodado como el Chato en el humilde distrito de los Poblados Marítimos, no era un niño más entre los que correteaban con el objetivo de introducir un esférico en una de las porterías improvisadas en la plaza del barrio, lugar donde el ‘21’ empezó a desarrollar sus virtudes. «Cuando era pequeño iba a la plaza de Nazaret y al parque a jugar a fútbol. Iba con mis dos abuelos. Los tenía toda la tarde jugando conmigo. Se ponían de portero y se iban turnando», aseguró Sergio Lozano, desde un barrio que le «trae muchos recuerdos», en Superdeporte.

Lozano, durante la elaboración del reportaje.

Lozano, durante la elaboración del reportaje. / F. CALABUIG

Nazaret, que respira levantinismo por todos sus rincones, vive emocionado y entusiasmado por ver a Sergio Lozano, granota desde su nacimiento, con la camiseta del Levante. A pesar del estatus que tiene gracias a sus actuaciones y a su condición de indiscutible para Javi Calleja, el centrocampista es uno más en su barrio. De hecho, sus vecinos no dudan en darle consejos. «Tienes que chutar más veces», le dijeron, y coincidieron, los habitantes y familiares que se concentraron en la Falla Mayor Moraira para recibir a su estrella. Sin embargo, todos ven a Sergio Lozano como el nieto de José Vicente Lluch, utillero y masajista del Levante durante los años ochenta, acérrimo seguidor del combinado levantinista y una persona muy querida por todo el barrio de Nazaret.

El futbolista, casi un año después de su fallecimiento, recuerda constantemente al que, más allá de que sea el máximo culpable de su sentimiento hacia el Levante, considera un referente. «Mi abuelo siempre ha sido de Nazaret. Ha tenido mucha gente que lo ha querido y apreciado mucho. Su legado es que todo Nazaret conozca a mi abuelo y hable bien de él. Era una persona divertida. Le gustaba estar con los amigos, disfrutar de la vida y pasar las tardes en la falla. Era muy apasionado del Levante. Un fanático, de los que siempre iba al campo con mis tíos. El barrio está contento de ver al nieto del Chato en su equipo», comentó.

Familiares, amigos y vecinos de Nazaret posan junto a Lozano para las cámaras de SUPER.

Familiares, amigos y vecinos de Nazaret posan junto a Lozano para las cámaras de SUPER. / F. CALABUIG

Pese a ello, José Vicente Lluch, que disfrutó como el que más de ver a Sergio Lozano en la cantera del Levante, nunca dudó del potencial de su descendiente, pero siempre le transmitió que el trabajo iba a ser el único camino para alcanzar el profesionalismo. «Mi abuelo iba por el barrio hablando siempre de su nieto. Le decía a todo el mundo que iba a llegar muy lejos. Con mucho trabajo he conseguido llegar al fútbol profesional». No obstante, tal fue la influencia de José Vicente en Sergio Lozano que, una vez el Levante se interesó en sus servicios, no dudó ni un instante en tomar una decisión. «Cuando me llegó la oferta del Levante me puse muy feliz. Fue algo imposible de describir. Logré lo que tanto había soñado. Lo primero que hice fue ir a comer con mi familia y contárselo a mi abuela. Ella se emocionó mucho y se acordó muchísimo de mi abuelo. Sabe lo mucho que sentía los colores».

Lozano, junto a las equipaciones que lució durante su etapa en la cantera del Levante.

Lozano, junto a las equipaciones que lució durante su etapa en la cantera del Levante. / F. CALABUIG

Desde el cielo, José Vicente cumplió su ilusión de ver a su nieto jugar en el Levante, aunque al ‘21’ le duele que no esté de manera presencial para vivirlo junto a él. A Sergio Lozano, cuya sangre corre por sus venas teñida de color azulgrana, le sobran motivos para dar siempre el cien por cien. Es más, el factor emocional juega un papel importante cada vez que viste la elástica del conjunto granota. Por ello, el centrocampista, inmerso en su sueño de jugar como local en el barrio de Orriols, tiene la ilusión de subir a Primera División para dedicarle un ascenso a su abuelo. Su gol ante el Burgos fue un anticipo de lo mucho que le queda por brindarle al Chato.

«Existieron otras ofertas, pero firmar por el Levante era lo que yo necesitaba, lo mejor para mí. Él me decía que le gustaba mucho cómo jugaba y que confiara en mí. Pero lo más importante para él era verme como local en Orriols. Me emocioné mucho con el primer gol que metí. Me hubiese encantado que hubiera estado en el Ciutat de València. Siempre que me pongo la camiseta del Levante lo intento hacer de la mejor forma posible para ayudar al equipo y para que la afición esté orgullosa. Pero, sobre todo, por mi abuelo. Que se sienta orgulloso de que su nieto lo da todo por esta camiseta. El Levante significa mucho para mí. Voy a trabajar al máximo para darle un ascenso», finalizó.

La plaza donde Sergio Lozano jugaba a fútbol de pequeño.

La plaza donde Sergio Lozano jugaba a fútbol de pequeño. / F. CALABUIG