Entrevista | Adrián de la Fuente 'Dela' Futbolista del Levante UD

«La salida de Vezo me hizo dar un paso al frente»

El ‘4’ se siente con más responsabilidad en la defensa después de meses de trabajo en silencio. Tras aprender de centrales como Ramos o Albiol, su objetivo es dar el máximo para subir con el club que le cambió la vida

Dela posa ante las cámaras de SUPER desde el estadio en el que quiere cumplir su sueño de ascender a Primera División.

Dela posa ante las cámaras de SUPER desde el estadio en el que quiere cumplir su sueño de ascender a Primera División. / F. CALABUIG

Rafa Esteve

Rafa Esteve

A pesar de sus 25 años de edad, y de llevar apenas dos temporadas compitiendo en el fútbol profesional, Adrián de la Fuente tiene a sus espaldas una mochila cargada de momentos y de experiencias que han curtido al central jerárquico, serio y de carácter fuerte sobre el césped del coliseo del barrio de Orriols. El central madrileño creció en un contexto puramente de cantera, pasando 13 años en la academia del Real Madrid, donde llegó a jugar un encuentro de pretemporada ante el Bayern de Múnich, y dirigiendo posteriormente su formación en un filial del Villarreal donde no solo logró un ascenso a Segunda División, sino también consiguió jugar enfrentamientos de Conference League con los ‘mayores’.

No obstante, la decisión del club amarillo de no contar con sus servicios, ante la ausencia de expectativas de codearse con los Gerard Moreno, Baena y compañía, convirtió un escenario de incertidumbre en la oportunidad de su vida. Solo una llamada, con sus agentes de intermediarios, le bastó al Levante para firmar a un Dela que no se lo pensó dos veces. Con Sergio Ramos como referente e inspiración, y tras la salida de un Vezo con el que compartió «muchas horas de play», el ‘4’ es consciente de que los suyos necesitan una victoria para volver a mirar hacia arriba, pero no tiene dudas de que regresarán a la batalla de un ascenso a la élite que pelearán con uñas y dientes.

Su gran nivel coincide con una negativa racha de resultados del equipo.

El inicio fue muy prometedor, y aun así, estamos cerca del playoff. Sinceramente, yo no veo los dos primeros puestos tan lejos. No lo veo imposible, pero es cierto que la racha que llevamos ahora hace todo un poco más difícil. La gente vio a principio de temporada que podía volver a luchar y a estar ahí. Hay que salir de la racha ganando. Qué mejor manera de hacerlo que ganando en casa.

¿Cómo estan gestionando la mala dinámica?

Hay gente veterana como, por ejemplo, Postigo o Andrés Fernández, que lleva años en la profesión, que son los que nos ayudan más. Sobre todo, en los momentos en los que lo vemos todo negro por no ganar. Son ellos los que nos tranquilizan y nos dan consejos para seguir. No está lejos el playoff y, personalmente, creo que los dos primeros tampoco. Hay que continuar porque estamos haciendo buenos partidos, marcando goles y generando oportunidades muy claras. En otro momento de la temporada entraban y ganábamos los partidos y, a día de hoy, con eso no nos da. Hay que dar un paso más. Y, sobre todo, ganar. Creo que, ganando un partido, todo lo que se nos puede pasar por la cabeza se nos puede ir.

Este fin de semana, nueva oportunidad para recuperar la senda de la victoria, esta vez en casa.

El Ciutat de València tiene que ser nuestro fortín. Tenemos que conseguir, equipo y afición, que cualquier equipo que juegue aquí lo pase realmente mal, que sea un auténtico infierno para ellos. Hay que ganar también a domicilio, pero, en casa, tenemos que sacar todos los puntos que podamos y más.

En el plano personal, viene, además de rendir notablemente, de marcar en Oviedo.

La confianza en mí, sinceramente, siempre la tengo. Me conozco bien, sé mis características y sé lo que puedo dar. Pero es cierto que, cuando encadenas encuentros sin jugar, o participando muy poco, es difícil y muy duro. Sin embargo, nunca bajé los brazos. Seguí trabajando y apoyando. Cuando me tocaba jugar, fuera el tiempo que fuera, intentaba hacerlo a buen nivel. Pero cuando encadenas encuentros de noventa minutos, y encima sumas goles, destacas más. Pese a ello, trabajo al máximo, día a día, para dar todo lo que tengo.

De hecho, según sus estadísticas, es un central goleador.

Sí, es cierto (ríe). Como dice mucha gente, los centrales de hoy en día tienen que saber jugar con los pies, pero a mí, durante toda mi vida, me ha gustado tener el balón. He jugado en equipos que eran dominadores y es un modelo de juego en el que me siento muy cómodo. Después, siempre que hay un córner, una falta o un penalti me gusta tener la posibilidad de meter gol. Ahora llevo dos, pero, ojalá, sean más para poder ayudar.

¿Su agrado por los equipos dominadores se debe a su paso por el Madrid? Estuvo más de una década formándose en Valdebebas.

Bueno... allí viví en una burbuja. Todo el mundo lo dice, pero, hasta que no sales de la cantera del Madrid, no te lo crees. Estuve 13 años allí, sin saltarme categorías, hasta llegar al Castilla. Tuve además la oportunidad de debutar contra el Bayern de Munich en una pretemporada y, quieras o no, eso te forma. Sea la categoría que sea, tienes muchos ojos mirándote. Juegas Copa del Rey, Copa Campeones, Youth League y, todo eso, ayuda a crecer bastante. Pese a ello, a nivel formativo, mi gran paso fue en el Villarreal. El año del ascenso fue muy bonito para todos. Y, en Segunda División, conseguimos el objetivo. Me ayudaron mucho a crecer, les estoy muy agradecido.

¿Por qué su gran paso fue el Villarreal? ¿Por salir de la burbuja? ¿Por cuestiones de metodología?

Mi última temporada en el Castilla fue dura. No conseguí tener los minutos que creo que merecía, viniendo de una temporada en la que, siendo el central más joven, fui el que más jugó. Fue difícil tomar la decisión y saber que había terminado mi etapa allí. Te ves entrenando prácticamente cada día con el primer equipo, vas convocado, te llaman para hacer pretemporada… Sientes que puedes ser uno de los elegidos para formar parte de la plantilla del Real Madrid. También, fue difícil porque vivía en casa con mi familia, me fui lejos y lo hice solo. No sabía ni hacerme un huevo frito. Tuve que aprender a cocinar y a ser mucho más responsable. Ya no iba a tener a mi madre para despertarme si no me sonaba el despertador. Mi primer año fue de transición, no me sentí del todo a gusto, pero, a partir de la segunda temporada, me encontré con mi mejor nivel. Había equipos de Segunda División, pero pasar de un filial a otro fue una decisión acertada. Me ha permitido llegar a donde estoy hoy.

¿Por qué no siguió en el Villarreal B? ¿No vio expectativas de formar parte del primer equipo?

Se juntaron muchas cosas. Acababa contrato y, antes de que terminase la temporada, me reúno con mis agentes y me dicen que el Villarreal les comunicó que no había hueco en el primer equipo, que iba a ser jugador libre. No obstante, me transmiten que, de no encontrar un club que cumpla con mis expectativas, me renuevan un año más, pero en el filial. Entonces lo tuve claro. Me vi capacitado de dar un salto a un Segunda División con opción a ascender. Según pasaron los días tuve ofertas hasta que llegó la que, tal y como la vi, dije: quiero firmar en este equipo.

¿Qué fue lo que le motivó a firmar por el Levante?

Justo cuando terminó la temporada del Villarreal B, le comenté a mis agentes que quería tomarme unos días de descanso. Para mí fue una temporada dura, tuve semanas en las que jugaba 90 minutos en el primer equipo y, días después, otros 90 con el filial. Curiosamente, mi último partido con el Villarreal B fue contra el Levante, donde me hice un esguince de ligamento interno con Bouldini. Ese día fue una locura ver toda una grada llena de aficionados del Levante, al igual que mucha gente repartida por todo el estadio. Un día, recuperándome en la Ciudad Deportiva, me llamaron mis agentes diciendo que mirase el Whatsapp. Al ver que era la oferta del Levante, devolví enseguida la llamada y les dije que firmasen inmediatamente. No quería escuchar nada más. Quería jugar en el Levante. Me atrajo mucho.

Eso sí, llevar el dorsal ‘4’ fue impepinable para usted.

El ‘4’ siempre ha sido por Sergio Ramos. Pero, de tanto llevarlo, se ha convertido en una obsesión para mí. Cuando no jugaba, el cuarto asiento del banquillo era mío. Llevo tatuado el número cuatro, tengo cuatro perros… Se ha convertido en una obsesión.

¿Cómo llevó el salto de un filial a un primer equipo?

Lo bueno de haber aterrizado este año es que hay gente muy joven. Hay veteranos como Postigo, Andrés Fernández o, en su momento, Rúben Vezo, que me lo hicieron todo mucho más fácil. Tenía la sensación de que iba a llegar a un vestuario en el que me iba a sentir empequeñecido, pero no fue así. Además, cuando llegué estaba Dani Gómez y Jorge De Frutos, con los que coincidí en el Castilla. Todos me abrieron las puertas. Me ayudaron porque no es fácil ir de un filial a un primer equipo. Encima a un equipo como el Levante.

Además, Lozano, con quien conserva una gran amistad, hizo las maletas con usted.

Lo de Lozano lo sabía porque, antes de acabar la temporada, le preguntaba y me decía que, pasase lo que pasase en la final, iba a firmar por el Levante. Además, una oferta que le entró a él también me entró a mí. Un equipo de Segunda nos quiso a los dos. De hecho, el director deportivo de ese club me llamó asegurando que tenía firmado a Lozano y que me fuera con ellos. No obstante, sabía que Lozano no iba a ir a ese equipo. Con Sergio tengo una relación buenísima. ¿Influyó que él firmase por el Levante para yo seguir su camino? No lo sé. Lo único que sé es que, una vez llegó la del Levante, lo tuve clarísimo. No quise escuchar ninguna más.

Encima, días después de firmar por el Levante, nació su hijo.

Fue un verano duro porque llamaron muchos equipos y no sabía qué hacer, hasta que recibí la oferta que cambió mi vida. Viviendo en Castellón, fui a Valencia a buscar casa. Y cogiendo casa un viernes, al día siguiente nació mi hijo.

¿Cómo vivió la salida de Vezo? Siempre puso en valor su trayectoria deportiva.

Con Rúben me llevo muy bien. Hemos compartido muchas horas de play. Es un ejemplo para mí, como Sergio Postigo. Son futbolistas a los que me quiero parecer. Quiero vivir los momentos que han vivido. Qué mejor manera de llegar a esos niveles que entrenando con ellos cada día, fijándome en lo que hacen, viendo cómo se comportan, cómo se mueven, cómo trabajan… Cómo van al gimnasio después de cada entrenamiento… Son un ejemplo para mí y quiero llegar a ser como ellos.

Nunca tuvo malos maestros. Ha coincidido con Ramos, Varane, Albiol, Pau Torres...

Uno de los mayores logros que tengo es haber aprendido de Sergio Ramos. Es mi referente, el mejor central de la historia. Haber estado dos años entrenando muchos días con él me ha ayudado e inspirado por su carácter, su constancia, su nivel de exigencia… Después, me marcho al Villarreal y coincido con Albiol, Pau, Mandi… Y, ahora, me fijo mucho en Postigo, Álex Muñoz y, en su día, en Vezo. Es un sueño aprender de cada uno de ellos.

¿Se vio con la necesidad de dar un paso al frente tras la salida de Vezo?

Su salida no me la esperaba. Para mí fue inesperada. Me levanté, miré el móvil y vi el comunicado de su marcha. Pero no te voy a mentir: pensé que tenía que ser mi momento. Me vi con el deber de dar un paso al frente y hacerme de notar. Lo hice desde el primer día, pero sin la oportunidad que se me estaba dando de seguir cogiendo minutos. No me alegré de su salida. Es una persona excepcional, me llevo muy bien con él y estaba haciendo una gran temporada. Pero hizo que pudiera dar un paso al frente para demostrar mi nivel.

Hace tres años, en una entrevista en 'Chiringuito Groguet', dijo que, en un lustro, se veía jugando en Primera División. ¿Este es su trampolín para conseguirlo?

A día de hoy, el mayor sueño que tengo es subir a Primera División con el Levante. Que este club, esta ciudad y este estadio estén jugando en Segunda... No debería ser así. El día a día es lo que vale, por lo que los futbolistas tenemos que trabajar para devolverlo a donde se merece. Jugar en Primera con el Levante es mi sueño.

¿Sigue confiando pese al rendimiento del equipo en los dos últimos meses?

Sí, yo confío. Vivo el vestuario desde dentro y sé cómo trabaja el equipo, al igual que sus calidades y cualidades. Somos una plantilla que ha demostrado que puede estar arriba. Hemos tenido situaciones que, de haberse dado de forma acertada, nos hubieran permitido estar por encima de donde estamos. Sinceramente, falta bastante todavía. Quedan muchos partidos en casa. Y si el equipo hace las cosas como las tiene que hacer, y trabaja como tiene que trabajar, volveremos a ser candidatos al ascenso.

Hay que apretar las tuertas.

Absolutamente todos. Con lo que hemos hecho hasta ahora no nos da. Hay que dar más, pero estoy seguro de que vamos a estar arriba.

El ascenso está, en parte, en manos de Felipe Miñambres. ¿Qué tal es como entrenador?

Sinceramente, ni yo, ni nadie, se lo esperaba. Lo podemos entender, pero yo no me lo esperaba. Felipe es muy intenso. Quiere que todo lo que se haga en el terreno de juego se haga al 200 por cien. A mí me gusta. Si entrenas cada día al 200 por cien, el día que tengas un mal partido estarás al 90 por cien. Si entrenas a un 70, a un 60 o a un 50… Tu nivel será muy bajo a la hora de la verdad. Me gusta el carácter que tiene y cómo hace que el equipo esté metido. Hayas jugado o no te anima, te apoya y te insiste. Todo lo que representa es muy importante.