Fabrício se hace fuerte

El brasileño deja atrás su temor a las lesiones y sus intervenciones, de carácter explosivo, reflejan su mejora física: ya son nueve partidos jugando y seis de los últimos siete disputando más de 60 minutos. Próximo reto: mejorar la definición

Fabrício esprintando en El Molinón.

Fabrício esprintando en El Molinón. / LALIGA

Fabrício Santos es uno de los jugadores fetiche del levantinismo esta temporada. El atacante brasileño se ha metido en el bolsillo al Ciutat con jugadas explosivas, calidad técnica y goles que han levantado del asiento a los aficionados. El futbolista atesora mucho talento, pero todavía no ha dado su mejor versión, aunque se encuentra un paso más cerca de encontrarla por su mejoría en el plano físico y también psicológico, además de estar trabajando en la toma de decisiones.

El futbolista ha dejado atrás ya una etapa de la temporada en la que el calvario de las lesiones le hizo menguar en todos los sentidos. El temor a las recaídas estaba siempre muy presente, pero se empieza a acercar a la plenitud en este aspecto. Vuelve a jugar con la 'correa' suelta y sin miedo a lesionarse, lo que le está aportando una renovación en términos de frescura, traducida en mayor número de acciones poniendo en práctica velocidad, cambios de ritmo...

El algodón no engaña y en términos de minutos se observa perfectamente este paso al frente. En seis de los últimos siete partidos ha jugado una hora o más, siendo suplente únicamente en el choque contra el Andorra, en el que entró como revulsivo. Además, ha tenido nueve partidos seguidos jugando desde su última lesión de muslo cuando hasta ahora su máximo número de choques consecutivos habían sido cinco.

La toma de decisiones

El futbolista de 23 años es de naturaleza talentosa, un perfil marcadamente brasileño y que se encuentra todavía en fase de mejora en diferentes aspectos del juego. La toma de decisiones es uno de los más importantes y se está viendo ese progreso con el paso de las jornadas. Desde el cuerpo técnico están muy encima de él y le ponen el ejemplo de Vinícius como un jugador que llegó un fútbol más anárquico y que explotó precisamente cuando adquirió esa pausa en los metros finales, que le sirvió tanto para ganar en claridad como para definir mejor las acciones a portería.