Al mercado de fichajes de verano le quedan horas, pero la opción de Borja Mayoral, la guinda del proyecto para la delantera, sigue viva. Complicada por la competencia de clubes que también lo quieren, entre ellos el Sevilla, y lo cierto es que pendiente de una serie de circunstancias que este miércoles todavía no se daban pero que en caso de hacerlo en las próximas horas pueden dar con sus huesos en el Ciutat.

Todo sigue en pie, aunque nadie quiere pillarse los dedos por si el desenlace es negativo. En el club, eso sí, están acostumbrados a giros drásticos. No en vano, Mayoral ha vuelto a ponerse a tiro después de que en primera instancia apuntase al Alavés y de que más tarde se antojara inviable su salida.

El Levante insiste, consciente de que después de dos años intentándolo es ahora o nunca. Es más, aunque se trata del más difícil todavía, ni siquiera está descartado que pueda fructificar un traspaso con opción de recompra, pese a que en principio lo normal es que si el fichaje sale adelante sea vía una cesión por una temporada.

Después de que el Madrid ejecutase la opción de tanteo por Mariano, la posibilidad de que Mayoral cambie de aires se activó automáticamente. Al jugador y sus agentes les habría gustado tener las cosas claras después de la Supercopa, pero aun así estaban preparados para maniobrar a última hora en el momento en que se confirmase su condición de tercer delantero para Lopetegui.

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