Pablo se fue este lunes al cole con el brazo escayolado y en cabestrillo pero con la mochila cargada de historias que contar después de que el domingo un balonazo en el calentamiento de Morales, su ídolo, lo mandara al hospital. Sin comerlo ni beberlo, este pequeño granota ha terminado convirtiéndose en un fenómeno viral después de no haber querido abandonar La Cerámica hasta que terminara el partido pese a sufrir una fractura.

La noticia de que Morales le había 'roto' el brazo a un niño corrió como la pólvora. Cada vez fueron más los que a través de las redes sociales se sumaron a la iniciativa de que el Comandante le regalara su camiseta firmada. Informado de lo ocurrido durante el entrenamiento en Buñol, el jugador granota se puso enseguida en contacto con el club. En principio, y a falta de confirmación, la idea es tener un detalle con él en un acto privado.

Ésa es, al menos, la buena noticia que junto a la edición de SUPER con la foto de su escayola le esperaba a Pablo a la vuelta del cole. Tanto él como su familia, por cierto, están alucinados con la repercusión de lo ocurrido y las llamadas de numerosos medios haciéndose eco de lo ocurrido e interesándose por el estado de su brazo.