A falta de menos de una semana para el cierre del mercado, Roger y Radoja son los principales nombres propios en un Levante UD que no ha descartado el posible intercambio en la portería de Oier por Bono, por el que se han ido produciendo avances en las últimas horas, pero que a día de hoy tiene como primera misión liberar alrededor de cinco millones de euros de masa salarial con la operación salida para cuadrar así los números del fair-play financiero, sin duda el auténtico tormento en lo que va de verano para un club obligado a pagar la inflación en fichas de las últimas temporadas y las inversiones fallidas tras el histórico traspaso de Lerma.

Los evidentes problemas para colocar a futbolistas que llevan semanas entrenándose al margen del grupo como Luna y Prcic, con sueldos brutos de 1,3 millones, han dejado a los granotas sin margen para inscribir a Nemanja Radoja en LaLiga. El del hasta ahora último refuerzo granota es un problema urgente de solucionar para evitarse males mayores, ya que la vigencia del acuerdo con el serbio, libre tras terminar contrato con el Celta, está supeditada lógicamente a que tenga ficha y pueda jugar, igual que ocurrió con el paraguayo Óscar Duarte. La otra solución forzada al problema si no se encuentra acomodo para los descartes es recurrir a un traspaso para hacer caja y ahí es donde en la recta final del plazo entraría en juego la figura de Roger.

La realidad es que el Pistolero no está en venta, y así se le ha vuelto a trasladar en las últimas horas a sus agentes tras haber rechazado algunas propuestas, pero lo cierto es que ni el Levante UD ni el propio jugador descartan internamente que pueda terminar abandonando la plantilla de aquí al 2 de septiembre. Y es que, pese a entrar en los planes deportivos, el delantero de Torrent sigue sin aceptar su rol de suplente, tal y como volvió a denunciar tras su primer doblete del curso, mientras que salta a la vista que para Paco López la gestión de su descontento es una de las patatas calientes dentro del vestuario. Nada nuevo respecto a la pasada temporada, cuando en el tramo final se vio relegado del once por Borja Mayoral.

La situación en este momento alrededor de Roger es de compás de espera, si bien ahora no hay ninguna oferta concreta y oficial sobre la mesa. Aunque no es el único, el club que más se ha interesado a lo largo del verano por él ha sido el Espanyol, que al final se ha decantado por Calleri como relevo de Borja Iglesias. El fichaje del argentino, oficial desde ayer por la tarde en calidad de cedido con opción de compra, cierra definitivamente una de las puertas de salida que hasta la fecha se habían mantenido entreabiertas.

Segundo goleador histórico

La cláusula de rescisión de Roger, de 28 años y con contrato renovado hace un año hasta 2023, es de 30 millones de euros, aunque el Levante está obligado a escuchar ofertas a partir de 12 o en su defecto a subirle el sueldo. Sin embargo, pese a su condición de máximo goleador de la pasada temporada y segundo de la historia granota en Primera División, nadie se ha acercado de momento a esa cifra. En 2017 el Galatasaray turco, que hizo mucha fuerza por él, se quedó justo en la mitad.

Tras rechazar a principios de verano una propuesta del Sevilla de 20 kilos por Campaña, tasado en un mínimo de 30 y con una cláusula de rescisión de doble, el traspaso de otro futbolista aliviaría las cuentas en caso de no desatascarse la operación salida de Prcic y Luna y en menor medida, ya que sus fichas están sensiblemente por debajo del millón, de Sadiku, Iván López y Doukouré. Al margen del canterano Fran Manzanara, del traspaso o cesión de los descartes de la primera plantilla depende liberar alrededor de cinco millones. Prácticamente todos tienen propuestas de Segunda que no cubren la totalidad de su salario, mientras que la opción del Granada para Luna se ha borrado.