Desde que Paco López se estrenara como técnico granota aquel en 2018 en el Coliseum Alfonso Pérez, pocas o ninguna de las derrotas del Levante (23) han sido tan dolorosas y abultadas como aquel 2-6 encajado en el Ciutat ante el Sevilla. Ha llovido mucho desde aquel encuentro, disputado un a calurosa mañana de septiembre de 2018, y el destino ha querido que el técnico de Silla, y toda la plantilla granota puedan servir su revancha al que por entonces era el entrenador del cuadro andaluz: Pablo Machín.

El preparador de Soria ha tomado recientemente las riendas de un descarrilado Espanyol, y pese a que le ha lavado la cara respecto a la imagen que desprendía el cuadro 'perico' con David Gallego, de momento no ha ganado en LaLiga.

Debutó con el Espanyol el pasado fin de semana ante el Villarreal, en Cornellà, con derrota 0-1. Jugar con la ansiedad de los blanquiazules debe de ser la principal baza para los levantinistas, que además se enfrentarán a un equipo que lleva cuatro goles en todo el curso, tres partidos sin ver portería, y la friolera de quince dianas en contra.

Además, existe otro aliciente más para que los granotas se desquiten con Machín. El entrenador puede presumir de ser el único que endosó once goles en dos partidos contra el Levante el año pasado, porque más allá del 2-6 en el Ciutat, en Sevilla también se vivió otro episodio para olvidar: el 5-0.

Oier y Duarte, protagonistas

El equipo volvió ayer al trabajo ya pensando en el compromiso del domingo (16:00 horas) ante el Espanyol. Oier, que ya fue baja en Sevilla, fue la única ausencia porque sigue sin recuperarse de sus molestias en el tendón de Aquiles. Duarte, que se enfrentará a su exequipo, valoró tras el entrenamiento que «será muy bonito» enfrentarse a los catalanes por los «buenos recuerdos» que guarda de allí, así como que la plantilla tiene ganar «de vivir esa sensación que se vive cuando se juega en el Ciutat.