Hoy se cumple un año del adiós de Tito. El que fue director deportivo del Levante UD la temporada del ascenso y las dos permanencias seguidas en Primera recibió el 21 de mayo de 2019 la noticia de que el Consejo había decidido "por unanimidad", pese a las distintas corrientes previas a la reunión, no ofrecerle la renovación. La decisión para entonces era un secreto a voces. Las distancias con la cúpula se habían ido haciendo cada vez más grandes, entre otras cosas, por el alargamiento del culebrón.

Tito, que lo encajó mal, fue conminado a presentar un proyecto deportivo en el que el nuevo secretario técnico habría sido Alberto Benito y no ha ocultado desde entonces públicamente su malestar con las formas. A favor de su continuidad el principal argumento eran los objetivos cumplidos, si bien la última permanencia fue sobre la bocina. También el acierto en los fichajes estratégicos de los dos primeros años. En contra, el pobre retorno en el tercero, ya sin Carmelo del Pozo, de los tres más caros de la historia.

A su marcha Tito dejó una plantilla a la que tras la llegada de Manolo Salvador y David Navarro, cuyo principal trabajo fue colocar a los descartes, solo se han incorporado tres jugadores durante la 19/20: Radoja, Duarte y Bruno. El resto de fichajes se cocieron durante su etapa, si bien para entonces Quico Catalán y Paco López habían dado un paso al frente en la planificación. Días antes de su salida se producía, por motu proprio, la de su secretario técnico, Luis Helguera.

La relación con Helguera

Por encima del gasto en fichajes y el posterior colapso del fair-play, uno de los principales detonantes a nivel interno de la no renovación fue precisamente su relación con Helguera. El clima en las oficinas era irrespirable ya que no se hablaban, alejaron sus despachos y hasta se evitaban para no estar juntos. Una tensión de la que no era ajena el resto de la secretaría técnica, en la que su mejor aliado era Carpintero. Con algunos consejeros la sintonía también era mala.

A partir de aquel momento empezó la búsqueda de un nuevo director deportivo. De la carrera se cayó el propio Helguera, cuya candidatura en solitario llegó a contemplarse. Miguel Ángel Gómez, todavía en el Valladolid, se salió a la primera curva y los elegidos fueron finalmente Manolo Salvador y David Navarro, responsables de un área deportiva "sin jerarquías definidas", tal y como la presentó el propio Quico Catalán. Ambos se trajeron a un hombre de confianza: Manolo, en calidad de secretario técnico, a Javier Sanz, y David, coordinador, a Manuel Fajardo.

Un año después Tito aún no se ha enrolado en otro proyecto. Sí que lo ha hecho Helguera, de regreso a Las Palmas. Y también el que fue su mano derecha los dos primeros años, Carmelo del Pozo, quien tras su paso por el Deportivo está muy cerca de concretar su aterrizaje en el Hércules.