El Levante Unión Deportiva, de resaca tras lograr un empate en el Derbi en el último suspiro, celebra hoy uno de los mayores hitos en sus 110 años de historia. El equipo levantinista logró subir a Primera División hace una década frente al CD Castellón en el que fue un ascenso que cambió el devenir de la entidad. De entrenarse en Oliva en pretemporada el año anterior, pendiente de si el club desaparecía por cuestiones de índole económica, a tocar la élite del fútbol español contra todo pronóstico.

Un logro cocinado contra todo pronóstico, gracias a un grupo con una calidad humana de muchos quilates y a un entrenador que con sus recursos, y siendo capaz de transmitirle a sus futbolistas las ganas por pelear cada esférico hasta el final, clavó su nombre con letras de oro en la posteridad granota. Además, en el año en el que la institución cumplío 100 años de historia. Fue el broche a un cuento de hadas. Juanlu, Xisco Muñoz y Javi Guerra fueron los goleadores de aquel choque, anotados todos en la primera mitad, para pagar el peaje que sirvió para codearse con los mejores equipos a nivel nacional una campaña más tarde.