El Levante UD tiene encarrilado un crédito escalonado de aproximadamente 60 millones para la reforma del estadio y la construcción de la nueva Ciudad Deportiva. Las gestiones, según declaró Quico Catalán en la presentación de Bruno, estaban avanzadas a principios de febrero y en visos de fructicar "en unas semanas". Sin embargo, como tantas otras cosas, la pandemia se las llevó por delante y se han retomado ahora.
Desde el club siempre se ha mantenido que hay recursos propios suficientes para afrontar las obras aunque con esta operación se irá disponiendo de financiación en función de las necesidades En concreto, lo primero que se solicitará son los 17 millones para la cubierta. Después vendrán las siguientes fases tanto de los trabajos en el estadio como en Nazaret, todavía pendiente a estas alturas de la autorización municipal. De esta manera se se evita que el endeudamiento sea de golpe y el club dispone de mayor margen para otras deudas.
Tras haber llamado a distintas puertas, según Vozpópuli en este momento hay negociaciones adelantadas con la compañía de banda privada Edmond de Rothschild. Económicamente el club viene de presentar los mejores números de su historia gracias a las plusvalías en traspasos aunque a cambio de haber visto cómo crecían sus ratios de deuda por la inversión en futbolistas y los pagos a otros equipos.
Reducción salarial
Como otros clubes de LaLiga, en Orriols no se ha solicitado un ERTE aunque sí se ha negociado una rebaja salarial con la plantilla deportiva. De cara a la próxima temporada, siguiendo los postulados de Tebas, está prevista una política de mercado basada en jugadores libres, cedidos y canteranos.
El traspaso de Moses Simon al Nantes, junto al de Cabaco al Getafe, han dado oxígeno de cara al fair-play después de los problemas que se arrastran desde el pasado verano. Sin embargo, el área deportiva se enfrenta en los próximos meses a la necesidad de disolver el embudo de sus jugadores cedidos.
