La felicidad inunda Orriols por el estreno de Campaña en la selección. Pero las especulaciones sobre el Atlético son el contrapunto. No hay entrevista en Madrid sin la pregunta de turno. Y él se deja querer. Siempre con buenas palabras para el Levante, pero con la puerta abierta, por si acaso. Sin embargo, sigue sin haber nada.

A través de su agente es normal que se hayan producido contactos durante este verano, igual que con otros clubes a los que lo ha ofrecido. De hecho esas gestiones se volvieron a repetir casi a la desesperada cuando a primera hora de la tarde del 5 de octubre, las últimas ya de mercado, el Arsenal depositó en LaLiga la cláusula de Thomas. Pero el Atleti no ha movido ficha. No ha habido ninguna llamada, ni oficial ni oficiosa. Oferta mucho menos.

En realidad el verano ha pasado sin que haya llegado ninguna. Ni por él ni por Bardhi ni por Aitor Fernández, los tres jugadores franquicia a los que se ha apostado por no traspasar. Entre que el mercado del Covid está como está y que la postura de no malvender era firme, las únicas propuestas que han llegado fueron por los transferibles que tenían el cartel colgado.

Campaña deslizó a nivel interno después del partido en Mestalla su deseo de cambiar de aires. Expresó también su deseo de que Quico bajara sus pretensiones, convencido de que el mensaje de los 30 millones para empezar a negociar era disuasorio. Ese movimiento coincidió en el tiempo con las llamadas de su representante al Leeds United, que lo tenía en su agenda pero no entre sus prioridades. Los ingleses llegaron a un acuerdo con el Bayern por Mickael Cuisance, pero el fichaje se cayó durante la revisión médica sobre la bocina del mercado de fichajes. Un problema de rodilla lo echó al traste.

Justo en ese momento, el último día del plazo, es cuando se produjo el primer y único contacto del Leeds con el Levante. Una llamada de teléfono para sondear si con 15 millones más variables habría suficiente. Sin tiempo siquiera para que lo debatiera el Consejo, la respuesta fue que no, así que tampoco hubo necesidad de pasar una oferta por escrito. El Leeds, en la figura de Víctor Orta, no insistió y cambió de objetivo inmediatamente: Raphinha, del Rennes, fichado a la postre por 15 kilos y siete en variables.

Esas son las cantidades a las que el Atlético podría llegar en el mejor de los casos por Campaña, aproximadamente el 25 por ciento de los 50 kilos por Thomas más los tres liberados de su salario. A eso hay que añadir que la posición del ghanés como cinco no tiene nada que ver con la del granota y que de hecho el recambio para él es Torreira.

Al haber sido víctima de un clausulazo, el Atleti tiene un mes extra de margen, pero eso es algo que el Levante ni se plantea. Si negociase la rebaja de los 60 millones de la cláusula no podría fichar, por no hablar del sobreprecio que tendría que pagar a la hora de lanzarse a por un sustituto. Otra cosa será ya el próximo verano, aunque habrá que ver hasta entonces cuántas veces más le preguntan a Campaña.