Con el recuerdo de una noche histórica en Orriols

Un Levante UD - Villarreal CF en Orriols ya nunca será lo mismo. No desde esta temporada, cuando el equipo granota venció 1-0 en el derbi ante los castellonenses y se metió en unas históricas semifinales de la Copa del Rey. Aquel 3 de febrero de 2021 quedará guardado ya para siempre en el corazón del levantinismo, que aquella noche vibró con una épica victoria de los hombres de Paco López. Una victoria que dejó al equipo al borde de la gloria absoluta y que pudo suponer un punto de inflexión para una plantilla que, como aquel día demostró, es capaz de ganar a cualquier rival por complejo que fuera el reto. Tocó sufrir y el equipo granota sacó su versión más sólida y solidaria en defensa; y a ello se le sumó su letalidad en ataque.

El Levante UD, lejos de unidades A o B dentro del vestuario, se conjuró como equipo porque creyó desde el principio en la ilusión de la Copa y puso su empeño en llevarla hasta el final. No había un teórico equipo titular y otro suplente. Todos sumaron como grupo. Y solo la mala fortuna en unas semifinales ante el Athletic que se decidieron de rebote y a las puertas de los lanzamientos de penalti, privó a los hombres de Paco López de plantarse en La Cartuja, escenario de la gran final.

Aquella noche a principios de febrero el levantinismo, que vivió una de las semanas más bonitas y emocionantes de su centenaria historia, se volcó desde casa con su equipo y disfrutó de una gesta sin igual. Cada jugada, cada detalle contaba. Desde Cárdenas, que salvó cuanto tuvo que parar en la portería, hasta la cabeza de Postigo que sacó bajo la línea de gol un remate de Baena que se colaba con el meta catalán ya vencido después de parar una falta de Parejo.

Todos estuvieron impecables en su labor y la victoria se fraguó desde la contundencia defensiva. El Levante UD de Paco López ha demostrado ser capaz de resistir atrás; solo así puede ganar a equipos que, como el Villarreal CF, están configurados para pelear por títulos. Y el tiempo le acabó dando la razón a un Emery que se quedó con la miel en los labios pero que ahora ha metido al equipo ‘groguet’ en unas semifinales europeas.

Con sufrimiento y épica

El Levante UD resistió a cada embestida del Submarino, con Paco Alcácer liderando el ataque y con Trigueros siendo una amenaza constante desde la frontal. Asustó el cuadro amarillo y también el colegiado, César Soto Grado, que señaló un penalti de Melero sobre Pedraza que finalmente fue rearbitrado por el VAR y señalado fuera. Tocó sufrir y al final, prácticamente en la última del partido, llegó el premio. El mazazo definitivo llegó con un contragolpe en el que combinaron Roger y Morales. El Pistolero repartió a banda, el Comandante encaró, se metió en área y cedió atrás y el ‘9’, que controló y se acomodó el esférico, fusiló ante un Rulli que poco pudo hacer para evitar el 1-0.

Fue, en definitiva, una noche mágica en el Ciutat en la que solo faltó la afición para celebrar en directo un hito en la historia de la entidad. Ahora, dos meses y medio después, ambos equipos vuelven a encontrarse. Con ese precedente que sonríe a los granotas y con el anterior liguero, en La Cerámica, que también se resolvió por la mínima (2-1) tras los goles de Fer Niño, Gerard y luego Sergio León, pero esta vez a favor de los castellonenses, llega la cita de este domingo en Orriols (21:00 horas). Ahora ya no hay unas semis en juego, pero sí tres puntos vitales para seguir creciendo en LaLiga; los amarillos para seguir en plazas europeas de cara al próximo curso y los granotas, con la 'faena' ya hecha (en cuanto a la permanencia), para no ponerse techo y seguir escalando en la clasificación.