ENTREVISTA

«Esto es un punto de inflexión. Ahora las niñas tienen referentes en las que fijarse»

Alba Redondo, en una nube tras un año sobresaliente, que tuvo el Mundial como guinda, mira al futuro con determinación. Segura de que el título marcará un antes y un después y preparada para mejorar como futbolista

Alba Redondo, tras conquistar el Mundial con España.

Alba Redondo, tras conquistar el Mundial con España. / RFEF

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Alba Redondo pasó a la historia del fútbol español por ser una de las integrantes del equipo que conquistó el primer Mundial femenino para España. La delantera del Levante, tras ganarse a pulso su llamada con la selección después de convertirse en máxima goleadora de la Liga F, alcanzó la gloria y tocó el cielo en Sídney tras meses de mucho trabajo y sacrificio, tanto en el apartado físico como en el mental.

Feliz a raudales, la atacante está eternamente agradecida por las personas que le han acompañado en el camino, pero sin olvidarse de su tío José Israel Ferrer Navarro. Militar de profesión, falleció el 27 de mayo de 2003 en el mayor accidente del ejército español que se recuerda, y pese al paso del tiempo, siempre lo tiene presente. Desde arriba presenció, contento y orgulloso, a una sobrina que no quiere ponerse techo.

Durante estos días ha recibido muchas muestras de cariño, y en su vuelta a València y al Levante, no iba a ser menos.

Estoy muy agradecida. He recibido muchísimo cariño desde que estoy aquí. He recibido dos manteos, creo que ya me mareo un poco cuando me mantean (ríe). Tengo el corazón lleno de cariño.

Cuánto ha cambiado todo en un año. ¿Se esperaba llegar hasta donde ha llegado?

Para nada. Si a mí me dicen hace un año todo lo que he conseguido esta temporada no me lo creo. Es una pasada de temporada. No solo en lo físico, sino también en lo mental. No creo que haya llegado a mi límite. Creo que puedo ser mejor deportista y pondré todos los recursos para ello.

¿Modificó algún aspecto dentro del plano personal?

No sabría decir de manera específica, pero es cierto que trabajé mucho a nivel mental. A nivel físico, todas las limitaciones que tenía las trabajé con mi preparadora física. Eso me ha beneficiado, además de una buena alimentación. Pero, si tengo que decir algo concreto, es el apartado mental.

¿Se sentía bloqueada?

Sí. Las delanteras somos las que tenemos que ser más partícipes de los goles, pero la barrera que me creaba, al igual que la exigencia que me ponía, era difícil de controlar. Ahora sé hacerlo. Para poder controlarte necesitas herramientas y yo no las tenía. Gracias a mi psicóloga, Tamara Arroyo, y a los psicólogos del Levante he tenido las herramientas necesarias para evitar los bloqueos. Cuesta, sobre todo al principio, pero ya no tanto.

¿Fue por una decisión propia? ¿O por haber un Mundial a la vuelta de la esquina?

Fue por decisión personal. Veía que no avanzaba. Busqué los recursos adecuados por mí, no por el fútbol ni por nada externo.

¿Cómo de importante es sentirse bien mentalmente?

Es clave. Diez sobre diez. La cabeza es muy importante para mí. Si no, no funciona todo lo demás.

Según su rendimiento durante la temporada 2022/2023, donde finalizó el año como máxima goleadora de la Liga F con 28 goles, ¿confió en ser una de las elegidas para estar con España en el Mundial?

Lo afronté desde la serenidad, sabiendo que lo que vengo haciendo es lo que tengo que hacer. Si no hubiera entrado habría sido por pequeños detalles, tal y como dijo el seleccionador en rueda de prensa. Se dio que acabé bien la temporada y que fui al Mundial, pero controlando las emociones.

¿Cuál fue su reacción al saber que estaba en la lista?

Imagínate… Me puse nuy contenta y súper orgullosa de poder representar a España en un Mundial. Al final, era un sueño que tenía desde muy pequeña.

¿Con qué mentalidad afrontó la selección el Mundial?

Teníamos muchísima confianza en el equipo. Además, estábamos convencidas de que cualquier jugadora iba a aportar su potencial para sacar el máximo rendimiento del grupo. Tenía confianza, al cien por cien, de que esta selección iba a hacer algo grande. Eso es algo que se siente. En los entrenamientos ya se notaba que el equipo era muy bueno.

¿Os sentíais capaces de ganarlo pese a la competencia?

Nosotras sabíamos que un Mundial transforma equipos. No es lo mismo un Mundial que, por ejemplo, un amistoso. Partíamos de esa base, pero sabíamos que teníamos mucho potencial dentro del equipo. Ese tropiezo contra Japón fue un punto de inflexión. A partir de ahí, fuimos mejores.

¿Cómo de determinante fue la contundente derrota contra Japón en fase de grupos?

Nosotras mismas, para quitarnos presión, decíamos que había que perder un partido para ganar el Mundial. Nos lo tomamos como un aprendizaje. Sobre todo, por la forma en la que pasó. Pero nos dio motivación para afrontar el siguiente partido y así demostrar que seguíamos ahí, que íbamos a pelear hasta el último segundo.

Pasó a ser titular desde aquel toque de atención. ¿Tuvo algo que ver dicho resultado?

No lo sé... Eso son decisiones técnicas. Los partidos se estudian, se ven, se analizan muy a rajatabla y, en función del rival, sacas a unas futbolistas u a otras.

Sin embargo, antes le marcó un doblete a Zambia y después anotó contra Suiza. ¿Qué se siente cuando marcas un gol en un Mundial?

Es una sensación que no se puede explicar. Y más, representando a tu país en una cita tan importante como es un Mundial. Ahora mismo lo recuerdo y se me pone la piel de gallina. Te quedas un poco en shock. Cuando marcas, no sabes cómo celebrarlo, pero lo celebras como siempre, levantando el brazo y señalando al cielo para poder dedicárselo a mi tío. Es una sensación magnífica.

¿Y cuando señalaron el final del partido ante Inglaterra?

Salí corriendo hacia mis compañeras y fui a abrazarlas. A algunas les miraba y les preguntaba: ¿qué hemos hecho? No éramos conscientes entonces. Todas nuestras reacciones fueron de euforia.

¿Cuánta gente se ha puesto su medalla de campeona?

Muchísima gente. Estoy muy contenta. Dejo la medalla a todo el mundo. No es solo cosa mía, es para que todo el mundo lo disfrute. Eso sí, pesa mucho (ríe).

¿De quién se acordó?

Me acordé de mis padres, de mi hermano, de mi pareja... Pero, sobre todo, de mis abuelas. Una de las cosas de las que más orgullosa estoy de este Mundial es de que mis abuelas y mis padres hayan podido vivirlo. Con la madre de mi tío hay una conexión especial. Sus ojos son como los de mi tío. Fue muy especial para mí. Él lo habría disfrutado muchísimo.

Cada gol, y cada éxito que consigue, se lo dedica a su tío. ¿Siente que le acompaña en cada paso que da?

Era muy pequeña, y según me contaban mis padres, siempre estaba encima de él. Preguntaba dónde estaba en todo momento. Falleció con 26 años mientras yo tenía seis. Hubo una conexión especial que todavía recuerdo. Aún me emociono y lloro. No me pasa al recordar a otros seres queridos que han fallecido.

Pese a la euforia del título, el fallecimiento del padre de Olga Carmona dejó un sabor agridulce a todo el mundo.

No es agradable ver a una compañera llorar y derrumbarse. Fueron unas horas bastante agónicas, pero luego fuimos con ella, le estuvimos apoyando, le ofrecimos nuestra mejor sonrisa… es una cosa que ella y su familia gestionan, pero no fue fácil para Olga. En ningún momento.

Además, explotó todo lo relacionado con el ‘caso Rubiales’. ¿Qué opina al respecto?

Se está empañando lo que hemos conseguido. Los actos son desafortunados y no hay que volver a repetirlos. Apoyamos cien por cien a Jenni Hermoso. Los organismos institucionales ya están en ello para que no vuelva a suceder lo que ha sucedido.

Una vez regresaron a España, ¿fueron conscientes de la repercusión que tuvieron y de cómo movilizaron al país?

Hemos revolucionado un país. Lo hemos vuelto a unir. Esta vez, a través del deporte. Esto es un punto de inflexión para decir que la mujer siempre ha estado, está y estará para dar grandes éxitos. Está claro que este Mundial ha marcado un antes y un después. Sin ninguna duda. Ahora las niñas tienen referentes en las que fijarse. Antes no las había.

Y, tras sus breves vacaciones, está de vuelta en el Levante. ¿Qué objetivos se marca de cara a esta temporada?

A nivel colectivo, pasar las rondas previas de Champions para poder disputar competición europea aquí en València y poder brindárselo a la afición. Se lo merecen. Ellos fueron los que más sufrieron la temporada pasada. A nivel individual, mejorar las marcas del año anterior. Mejorarlas o igualarlas. Sabemos que es complicado, pero por ganas e ilusión no será. Tampoco por trabajo, ya que el equipo está entrenando muy fuerte durante esta pretemporada. Ahora la Liga F es más competitiva que el año anterior, pero quiero mejorar mis datos. Si se consigue, genial. Voy a trabajar para poder lograrlo. Si no, quiero tener la sensación de haberlo intentado hasta el final para sentir satisfacción por el trabajo.

Este es su último año de contrato. ¿Cuánta cuerda le queda a Alba en el Levante?

De momento, esta temporada estoy aquí. Obviamente, nos sentaremos a hablar. Yo no tengo ningún tipo de problema. Veremos. No cierro puertas a nada. Hay posibilidades tanto de quedarme como de irme, pero la verdad es que aquí estoy muy feliz.