Sin la frescura y la claridad de ideas mostradas en los dos primeros partidos, España sufrió un bloqueo general en el peor momento posible y se dejó remontar el tanto inicial de Morata gracias a las dianas de Doan y Tanaka. Durante tres minutos la combinación de resultados dejó fuera del Mundial a una selección que empezó esta aventura con una goleada histórica. Pero la reacción alemana permitió a los de Luis Enrique pasar de ronda al menos como segunda y, precisamente, gracias a los siete goles del partido frente a los 'ticos'.

Para qué cambiar lo que funciona debió pensar la selección española, que desde el primer minuto jugó a lo que mejor se le da: mover el balón con paciencia pero con mucho sentido. Eso sí, el anhelo por jugar al toque desde atrás permitió que Japón gozara de la primera ocasión peligrosa del partido. Busquets no anduvo fino en el control, Maeda robó y, tras una acción que se fue embarullando poco a poco, Ito remató al lateral de la portería defendida por Unai Simón. Pareció ser un aviso de lo que acabaría condenando a España más tarde. Poco después, concretamente en el minuto 12, España logró el primer zarpazo. Azpilicueta colgó un balón con música a la frontal del área pequeña y Álvaro Morata, que se había librado con agilidad de su marca, remató a placer para empezar a encarrilar el choque. El '7' de España, cuestionado hasta la saciedad, es el único jugador del Mundial (junto al neerlandés Gakpo) que ha anotado en los tres partidos disputados.

Con el 0-1 más tranquilizador que dibujaba el marcador, la selección de Luis Enrique bajó un par de marchas el ritmo de su circulación de balón, conscientes de que tenían la sartén cogida por el mango y que era Japón la que estaba obligada a dar un paso al frente si quería avanzar de ronda. Pedri, Busquets y Gavi, perfectamente escoltados por un Rodri y Pau que se involucraron al máximo en la circulación de balón, controlaron el primer tiempo sin dificultades. Sin grandes oportunidades ni para unos ni para otros y con la mínima ventaja para España se marcharon los jugadores al túnel de vestuarios.

Un guion de película de terror

El cambio brusco con el que comenzó el segundo tiempo puso al rojo vivo el Grupo E en cuestión de minutos. Una desconexión generalizada, sumada a los fallos de precisión en la salida de balón propiciaron la remontada de los nipones, que le dieron la vuelta al marcador en apenas seis minutos. Primero Doan, que entró en el descanso, aprovechó un error en la salida de balón entre Unai Simón y Alejandro Balde. Tres minutos después Tanaka congelaba las emociones de todos los españoles. Paralelamente en el Al Bayt Stadium Costa Rica empataba el choque frente a Alemania y dejaba a España a un solo tanto 'tico' de caer en fase de grupos. Y la peor pesadilla no tardó en llegar. La noticia del segundo tanto de los centroamericanos llegó al banquillo español mientras Japón ahogaba cualquier intento de reacción. Alemania, que agotaba sus escasas opciones, logró empatar poco después y devolvía a España al segundo puesto.

Acoso sin derribo

En los últimos minutos Japón cerró filas en defensa, conscientes del tesoro que tenía entre manos. Sin espacios, España concentró la posesión del balón pero no fue capaz de crear peligro a una selección que sacó su mejor versión en defensa. El tiempo se agotaba y la combinación de resultados favorecía a España (Alemania ya ganaba 4-2), pero no para ser primera de grupo. La más peligrosa fue un disparo de Dani Olmo desde dentro del área que no cruzó lo suficiente. Con el colapso en ataque se llegó al final del partido y España se medirá a Marruecos en octavos de final. Evita el cuadro de Brasil, pero cae en el de Francia