Una apuesta abocada a dar títulos

El Levante debe seguir apostando por un equipo que ha sido y va a seguir siéndolo, con la clasificación europea conseguida, un gran embajador.

Juanma Romero

Juanma Romero

Juanma Romero

Juanma Romero

Comienzo estas líneas reconociendo que no soy de los que piensan que para ganar finales antes hay que perder alguna. Como aficionado lo que nos gusta es ver triunfos de nuestro equipo, saborear ese momento único que produce una victoria y que si además lleva el premio de un trofeo, en este caso una liga, la satisfacción es incontable. El Levante UD FS estuvo a menos de un minuto en dos ocasiones de conseguir su primer título liguero ante un club de la tradición, también en fútbol sala, del Barça. El destino fue cruel, no sé si injusto, y duro con el bloque de Diego Ríos. El cuadro granota se presentó contra pronóstico en una final en la que parecía, sobre todo para los comentaristas de la televisión nacional que ofrecía el partido, un convidado de piedra que iba a ser incapaz de plantar cara al poderoso. Se equivocaron. El Levante UD FS sacó su gen luchador y competitivo, escenificado por un gran Fede, para poder mirar a la cara y sin tapujos a su rival y rozar con la yema de los dedos un trofeo que hace muy pocos años no era más que una quimera que ni tan solo se podía soñar.

Un amigo que sabe bastante de fútbol sala me comentó el verano que llegó Diego Ríos, que el Levante se había traído a un entrenador que iba a dar mucho que hablar. El tiempo lo ha confirmado. Este Levante ha sido un bloque sin vértigo a las alturas y capaz de no descomponerse ya no tan solo a la dureza de la competición sino a las trabas en forma de contagio masivo que hizo mella al equipo a mitad de temporada. Su bajón en la recta final del campeonato lo impulso después del apabullante triunfo en Cartagena.

Pese a los orígenes de Dominicos, el Levante ha moldeado una entidad para hacerla competitiva y que quiere títulos. Es cuestión de tiempo que llegarán. Este impulso al fútbol sala ha tenido también continuidad con la sección femenina, también cerca de los trofeos y con pasaporte continental, la pilota, el balonmano o incluso el running. Por cierto tampoco comparto lo de que la final ante el Barça volvió a revivir el famoso yunque de la adversidad. La derrota en el Palau fue con la cabeza alta y ajena al fracaso, como lo fue la derrota del Femenino en la Copa de la Reina o la eliminación en semifinales ante el Athletic en la Copa del Rey. Esa etapa de depresión ha de voltearse de una vez por todas.

Por cierto, las reacciones al fichaje de Soldado han dejado un sorbo de lava entre un sector granota. Su pasado valencianista ahora mismo no importa, y precedentes anteriores hay unos cuantos. Si hablamos de la papeleta que elige para votar, mucho menos. Lo que realmente interesa es que marque goles, que dé competencia a la delantera y que haga mejor al equipo. Por el precio pagado, ha de ser un jugador rentable cómo lo ha sido siempre. Jugador antipático para el rival y que uno siempre quiere de su lado. Mirar más allá en busca de afrentas personales en tratar de buscar problemas que seguro que aparecerán, pero que de momento están de vacaciones.