Ilusión que no pesa

Ahora hay que quitarse de encima la pesada mochila de estar a solo tres puntos del descenso

Jaume celebrando el pase del Valencia CF a la final de Copa el año pasado

Jaume celebrando el pase del Valencia CF a la final de Copa el año pasado / Francisco Calabuig

Rafa Marín

Rafa Marín

El Valencia se volvió de Arabia con el deseo de que el partido contra el Madrid fuese un punto de inflexión. Y hace tres días la goleada en Gijón alimentó esas expectativas. Sin embargo, la hora de la verdad para saber si lo fue o no será el lunes en Mestalla y frente a un rival ahora mismo directo. Tanto frente al Almería como después el Valladolid y el Girona va a estar en juego que el equipo de Gattuso se quite de encima la mochila de estar a tres puntos del descenso.

Una pesada carga que no quita para la ilusión que vuelve a respirarse con la Copa. La eliminatoria de cuartos contra el Athletic, que tiene el aliciente de jugarse en casa, es una oportunidad inmejorable para cambiar definitivamente el chip. Las semifinales están a un partido y con ellas otra vez la ilusión de una final. Motivo para soñar y sacarse la espina clavada de la tanda de penaltis en La Cartuja.

Con una cita el lunes y la otra el jueves, la próxima semana se promete trascendental para el futuro inmediato de un equipo que continúa a la espera de fichajes. El mercado ha entrado ya en la recta final y, aunque sea tarde, es seguro tanto que llegarán jugadores como que empezando por Lato o Jesús Vázquez, aun no siendo los únicos candidatos, tendrán que marcharse otros. Para Meriton vuelve a estar en juego su credibilidad ante la afición y su propio entrenador, merecedor tal y como están yendo las cosas de que le hagan caso. Al menos con ese mediocentro de nivel con el que se dé realmente un paso al frente. Sea por la vía que sea, no se trata de pelear la permanencia sino de ser ambiciosos.

Reunión

No llegó la sangre al río con el ultimátum para la respuesta al convenio por el estadio. El Valencia CF replicó que estaba trabajando en ello y el próximo viernes será el momento de comprobar si la demora respondía, efectivamente, a que se estaba haciendo con paciencia y buena letra. No hay lugar para más prórrogas y de esa cita con el Consistorio tiene que salir un acuerdo real para que se puedan retomar las obras. Sin excusas. Presión para las dos partes, sobre todo ahora que desde ambas se ha empezado a remar en la misma dirección.

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